Page 6 - revista En Foco N2
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Derecho al acceso a las mejores formas posibles de ense- complejizar. Es necesario reconocer en este sentido, que hoy
ñanza que garanticen los aprendizajes para todos nos encontramos frente a franjas etarias prácticamente sin
oferta, o con grandes desigualdades, como son de 0 a 3 años, y
los adultos mayores.
En este punto sostenemos la necesidad de que el acceso en
términos de igualdad, promueva desde la enseñanza la posibi- Sin duda, en los últimos tiempos las políticas de enunciación de dere-
lidad de que todos aprendan. Ese es el sentido del derecho, esa chos se han ampliado en forma considerable y han avanzado hacia
es la perspectiva que asegura que una propuesta pedagógica, nuevos campos. Pero, lamentablemente esta “hinchazón” de declara-
pensada como dispositivo se encuentre en el marco del derecho. ciones parece haber estado acompañada más por su violación que por
Para esto pensar los diferentes puntos de partida, que aseguren su cumplimiento. El contexto social y mundial actual, signado por mu-
los aprendizajes significativos que permitan lograr el acceso chas formas de discriminación y opresión, atenta contra el ejercicio
igualitario a los bienes culturales. de los diferentes derechos proclamados en esas declaraciones. (Pineau,
La educación como derecho: acercamientos teóricos e históricos, 2016,
Es necesario mirar de otro modo el punto de partida de los alumnos y pág. 5)
el propio y confiar en que la educación abrirá posibilidades aún no co-
nocidas. Esto significa dejar de tener una mirada que estigmatiza a la Pero de esto se trata el desafío, de romper estructuras, pen-
pobreza para pasar a otra que habilita enigmas para un futuro. Es sar nuevas lógicas que nos posibiliten acceder a nuevas mane-
una apuesta a que, frente a situaciones de desigualdad, pobreza y ex- ras de pensar y pensarnos como sociedad. Escuchar las
clusión, los docentes recuperemos la posibilidad de desligar a nuestros necesidades sentidas de las comunidades para que en diálogo
alumnos de la profecía del fracaso futuro con la que llegan y de re-si- profundo se puedan generar nuevos dispositivos, incluso “lo no
tuarlos en el lugar de la posibilidad, … (Pineau, 2016, pág. 4) escolar en la escuela” (Duschatzky y Sztulwark, 2011)
Este proceso entonces, implica pensar el sujeto en todas sus Derecho a la participación en la generación de las políticas
dimensiones, dimensiones que convocan al aprender, que son y prácticas educativas.
lo cognoscente, lo subjetivo y lo corporal que es mucho más que
el organismo, y que permite al sujeto ponerse en relación con El derecho a la educación, se transforma así pensado en un
otros, configurando la dimensión social que lo significo. La derecho al derecho, y un derecho que asegura el acceso a los
construcción del aprendizaje significativo y situado es lo que otros derechos, esto en tanto se configure a partir de estrate-
permite en definitiva que el sujeto acceda a la cultura a partir gias que empoderen al sujeto en pos de luchar por los derechos,
de la configuración de nuevas estrategias y prácticas que ase- y que además le permitan participar de los espacios en los cuá-
guren su agenciamiento, y empoderamiento. les esta lucha sea posible. En este sentido se asocia al derecho
a la participación, en tanto es en espacios de participación que
Derecho a la educación a lo largo de toda la vida se pueden construir nuevas políticas y prácticas educativas.
El derecho a la educación, es un derecho de todos los suje- En este sentido también tenemos una responsabilidad, en
tos por lo tanto implica concebir formatos para todas las eda- tanto promovemos como profesionales técnicos o docentes, y
des de la vida. Asociar la educación a la escuela es no responder toda la comunidad educativa espacios de participación. Parti-
a esta necesidad, ya que las prácticas educativas pueden des- cipar es un derecho invisibilizado hoy en la escuela, cada vez
plegarse en marcos formales y no formales, sistemáticos y no que discursos cristalizados por antiguas prácticas nos posicio-
sistemáticos, en los cuáles el objetivo de acceso a la cultura pro- nan frente a la idea de la incompleta del sujeto, “a los chicos
mueva el crecimiento del sujeto en derechos y prácticas ciuda- hay que decirles qué hacer”. No solo los niños aprenden a par-
danas. La infancia y la adolescencia, han sido consideradas en ticipar cuando participan de dispositivo armados por los adul-
el marco de una “moratoria social” en la cual la escuela se tor- tos, sino cuando pueden gestionar sus espacios de
naba en un espacio de espera, para que el sujeto terminara de participación. Por otro lado, los adultos también deben apren-
constituirse como tal, el futuro ciudadano. Hoy la perspectiva der a participar asumiendo la responsabilidad de trabajar en
es diferente, ya que el cotidiano escolar entrama fuertemente pos de estos espacios, pero asumiendo su propia participación,
con la vida, atentos a que los sujetos no son incompletos, sino práctica que desde el agenciamiento de su rol ciudadano, per-
sujetos de derechos plenos. mite construir políticas y prácticas acordes a su realidad, si-
tuadas y de sentido.
La responsabilidad del estado, en tanto forma de respuesta,
debe generar un espacio para que el sujeto desde su nacimiento A modo de cierre… nuevas preguntas para pensar el espacio de
hasta su muerta pueda aprender, en espacios de acceso a la trabajo psicopedagógico
educación y la cultura. En relación a esto, pensar la operación
pedagógica en tanto requiere pensarse más allá de la escuela, Tras las refelxiones del apartado anterior, podemos pensar
y en diálogo profundo con la realidad, realidad que le exige la realidad que en su complejidad da cuenta de marcadas difi-
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