Page 6 - NewsMatrona nº 23 - Julio 2021
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¿CUÁNDO REINICIAR LAS RELACIONES
SEXUALES TRAS EL PARTO?
EXISTEN MUCHAS DUDAS EN RELACIÓN A ESTE TEMA. LA MATRONA ANA ISABEL GARCÍA NOS EXPLICA QUÉ HAY QUE TENER EN CUENTA A LA HORA DE VOLVER A PRACTICAR SEXO DESPUÉS DE DAR A LUZ, PARA QUE LAS RELACIONES SEAN LO MÁS PLACENTERAS POSIBLES.
SEXUALIDAD
ANA ISABEL GARCÍA GIRÓN · Matrona en el Centro de Salud de Inca (Mallorca)
El ejercicio,
un buen aliado
Existen algunos ejercicios que pueden ayudar a mejorar la calidad de
las relaciones sexuales después del nacimiento de un hijo, y es de vital importancia empezar a practicarlos cuanto antes.
No se aconseja empezar con actividad física moderada hasta que no pasen seis semanas tras el parto, en caso de parto normal, y 12 semanas, en caso de cesárea; no obstante, esto no quiere decir que se deba hacer reposo durante todo este tiempo.
En cuanto la zona esté bien curada y sin molestias, se pueden empezar
a realizar ejercicios de Kegel, con el n de practicar la propiocepción de la musculatura y empezar a toni carla.
También se pueden practicar respiraciones con activación del transverso y el suelo pélvico a la vez, aunque sin hacer hipopresivos como tal.
Y, desde luego, es aconsejable el movimiento en general, por ejemplo, dando pequeños paseos, para ayudar a que la musculatura del suelo pélvico se vaya recuperando.
A unque usualmente existe la creencia de que hay que esperar a que pase la “cua- rentena” antes de volver a mantener relaciones sexuales, lo cierto es que no hay una recomendación estricta acerca de cuántos días o semanas se deben esperar para volver a disfrutar del sexo tras el parto. Lo principal, según la matrona Ana Isabel García, es que a la mujer le apetezca reiniciar las relaciones, así como tener en cuenta una serie de claves para evitar posibles infecciones
e, incluso, un nuevo embarazo.
PRECAUCIONES
Aunque parezca obvio indicarlo, es aconsejable esperar a que el desga- rro o la episiotomía hayan cicatriza- do. “Alguna vez, en la consulta, me he encontrado con alguna mujer que ha
mantenido relaciones con penetración cuando todavía no se habían reabsor- bido los hilos de sutura. Si el sangrado posparto aún no ha cesado, existe riesgo de infección, porque el cérvix aún puede estar algo entreabierto y la “herida” del lecho placentario aún no está cicatrizada. Por tanto, si la mujer sigue sangrando, lo recomendable es utilizar preservativo”, explica Ana Isabel García.
Asimismo, aunque haya pasado la “cuarentena”, el sangrado haya cesa- do y el desgarro o la episiotomía esté cicatrizado, hay que tener en cuenta la posibilidad de un nuevo embarazo. “En este punto, es muy importante un buen asesoramiento anticonceptivo, teniendo en cuenta la situación de la mujer, para espaciar los embarazos como mínimo un año”, añade la matrona.
TIPO DE PARTO
El hecho de que el parto haya sido natu- ral o por cesárea apenas influye a la hora de tomar precauciones: en el caso de la cesárea, la ausencia de heridas en la zona puede hacer más fácil las relaciones, aunque, en ocasiones, las mujeres tienen otras molestias a nivel del abdomen que pueden provocar di cultades. Independientemente de que el parto haya sido por cesárea o vaginal, es muy posible que exista una falta de lubrica- ción. Por lo tanto, es importante tener a mano lubricantes para facilitar la estimu- lación y la penetración. En este sentido,
la matrona recomienda empezar por otro tipo de prácticas sexuales, como la masturbación, el sexo oral o el uso de vibradores externos.
POSIBLES PROBLEMAS
La cicatriz del periné puede hacer que la piel se vuelva más rígida y menos elástica, lo que puede provocar moles- tias a la hora de que el pene entre en la vagina. “Es interesante hacer un masaje con algún aceite sobre la cicatriz, para evitar que se formen esas durezas, o para ayudar a que desaparezcan si ya se han
formado”, apunta la matrona.
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El suelo pélvico también resulta en CMY
muchos casos afectado por el emba- razo y el parto. La vagina puede estar más entreabierta, provocando un menor “roce” entre las paredes de la vagina y el pene, y disminuyendo, por tanto, la sensación de placer o produciendo incomodidad. También puede suceder que el suelo pélvico haya quedado muy afectado y el útero haya descendido de su posición. Esto puede producir dolor con la penetración profunda o sensación de notar como un “tope”.
CAMBIO HORMONAL
La caída en picado de las hormonas del embarazo tras el parto puede afectar al estado de ánimo de la mujer y, cómo no, también a su apetito sexual. Las hormo- nas que se encargan de la libido sexual son las mismas que producen los ciclos menstruales; por lo tanto, hasta que los ciclos no se recuperen, es normal que disminuyan las ganas de tener relaciones. Asimismo, “el hecho de asumir una res- ponsabilidad tan importante y centrar toda su atención en el bebé hace que el tema sexual casi siempre pase a un segundo plano”, a rma la matrona.
En cuanto a la lactancia, se sabe que la prolactina bloquea la producción de estrógenos, que, a su vez, son los grandes responsables de la libido. Por lo tanto, es habitual que la lactancia materna provoque una disminución del deseo sexual, así como de la lubricación de la vagina.
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Para retomar las relaciones sexuales, se aconseja esperar a que el desgarro o la episiotomía estén cicatrizados.