Page 56 - Mib 336 Octubre 2020
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2. El herpes gestacional
Durante el embarazo, algunas madres pueden padecer una enfermedad autoinmune, que les hace producir anticuerpos contra su propio organismo. Entre estas enfermedades,
se encuentra el herpes gestacional, un trastorno bastante raro que afecta a una de cada 4.000 madres. Se presenta a partir del segundo trimestre, primero, alrededor del ombligo, y, después,
por todo el cuerpo, mediante la aparición de vesículas
y ampollas pruriginosas.
Estas molestias tienden
a disminuir durante las 6-8 últimas semanas de embarazo. El bebé no corre ningún peligro, pero las reacciones
de los anticuerpos y el prurito pueden provocar contracciones y, por lo tanto, anticipar el parto.
CÓMO SE TRATA
El médico prescribirá fármacos específicos para eliminar
el prurito, y otros para evitar que las ampollas se infecten.
SI AFECTA A TODO EL CUERPO
1. Alteración del hígado
Existe otro tipo de prurito, denominado “prurito gestacional”, que se debe a la colestasis hepática, una alteración del funcionamiento del hígado.
Los hepatocitos, que son las células que permiten al hígado filtrar los productos o sustancias de desecho de los alimentos, resultan intoxicados por la masiva presencia de progesterona y estrógenos. Como consecuencia, el hígado no consigue desarrollar sus funciones de “filtro”, por lo que algunos productos o sustancias de desecho de las células siguen circulando por el organismo, provocando las molestias.
Este prurito aparece durante
el último trimestre de embarazo, sobre todo a últimas horas de la tarde o por la noche, primero, en los brazos y las piernas, y, después, en el resto del cuerpo. Debido al estancamiento de la bilis en la sangre, puede aparecer también, aunque raras veces, una ictericia, es decir, una pigmentación amarillenta
de la piel o de la parte blanca de los ojos.
CÓMO SE TRATA
Las terapias prescritas por el ginecólogo son las siguientes:
• Una dieta que excluya alimentos fritos, grasas animales, café y té, es decir, alimentos
que requieren un trabajo especial por parte del hígado.
• La toma de fármacos que reactiven la función de filtro
del hígado y que eliminen
este molesto síntoma.
• La fototerapia de rayos ultravioleta, que disminuye las sales biliares presentes en la sangre y elimina la bilirrubina, una sustancia contenida en la bilis que, cuando el hígado enferma, se concentra en la sangre.
• De ser necesario, el especialista puede prescribir otros tratamientos que faciliten la absorción de los elementos tóxicos. En los casos más graves, se opta por la inducción del parto.
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