Page 19 - Debate anti-utopico
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La izquierda desfigurada en los tiempos democráticos 19
de Hugo Chávez alentaron la idea de un socialismo postmoderno que,
en el fondo, crucificó las utopías revolucionarias, llevando a cabo tretas
jurídicas, intensa propaganda electoralista para plantear la reelección
presidencial indefinida y denunciando constantes complots del imperia-
lismo en contra de la izquierda del siglo XXI.
El mandato de Chávez en Venezuela de 1999 a 2013 mostró clara-
mente cómo se reprodujo una cultura autoritaria que instaló en el poder a
una élite militar que nada tenía que ver con el pasado socialista, marxista
o revolucionario que dominó la historia desde 1917 hasta la destrucción
del comunismo en Europa del Este. La llamada revolución bolivariana
de Chávez fue una extraña mezcla de radicalismo discursivo y promesas
de un mundo mejor, a partir de una visión de gastos dispendiosos desde
el Estado que desembocaron en un chantaje emocional permanente. El
giro a la izquierda vendió la idea del fracaso democrático del sistema de
partidos tradicionales de orientación liberal y centro-derecha, nutrién-
dose de los resultados perversos que generaron las políticas de mercado
entre 1989 y los años 2000.
La izquierda de Daniel Ortega con el Frente Sandinista de Liberación
Nacional (FSLN) en Nicaragua, el mismo Partido de los Trabajado-
res (PT) de Ignacio Lula da Silva en Brasil, Evo Morales en Bolivia y
Rafael Correa en Ecuador, solamente expresan que la toma del poder
no fue capaz de sobrepasar los horizontes del pensamiento tradicional.
Difundieron el discurso del socialismo del siglo XXI sin considerar que
la transformación de las condiciones existentes, dependían de una rein-
terpretación utópica de la política revolucionaria.
De esta forma, el hecho de quebrar el orden existente quedó des-
plazado por el predominio de un conjunto de acciones electoralistas que
ofrecieron implementar políticas sociales dentro de los cánones del capi-
talismo financiero post-industrial. Reconocieron que el mundo social y
político era una realidad cerrada y definitiva sin necesidad de ninguna uto-
pía. La ideología izquierdista se contentó con conocimientos y propuestas