Page 40 - El libro de San Cipriano : libro completo de verdadera magia, o sea, tesoro del hechicero
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de Sol, en día domingo; se le agregará un pequeño trozo de pie-
        dra imán y se dirá:
            "En el nombre tres veces santo  y  poderoso del Supremo Ha-
        cedor de todas las cosas, en el nombre del Hijo y Santo Espíritu,
        uno y trino, por la gracia concedida a los ángeles de luz; por la
        que a mi me ha dado al formarme persona humana, a imagen y se-
        mejanza suya; por el poder que confirió a los siete planetas, que
        son: Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno, para
        reinar, influir y dominar en todo cuanto hay encima y debajo de
        la tierra y de las aguas, por las palabras sagradas que encierra,
        este talismán dominador, por los nombres de los buenos espíritus
        Adonay, Eloim, de lograr por tu mediación, el absoluto dominio
        de las criaturas, espíritus y elementos.
            Luego se coloca en una bolsa de seda encarnada y se perfu-
        mará con polvos de incienso, y mirra.
            Todos los domingos, a la salida del Sol, se echarán en la bol-
        sa unas limaduras de acero para alimento del talismán y siete gra-
        nos de trigo como ofrenda a los siete planetas. Al colocarlo sobre
        el corazón se dirá: "¡Oh, planeta misterioso que riges  y  gobiernas
        en esta hora todos los destinos del mundo y de las cosas creadas,
        tómanse bajo tu protección y amparo y favoréceme con tus dones
        hasta la hora de mi muerte. Amén".
            Téngase en cuenta que clavícula significa clave o llave, y
        que es palabra de origen hebreo, siendo ésta la que da nombre a
        la gran clavícula de Salomón.

                               CAPITULO IV

              Donde se demuestra el poder y virtudes del talismán
                          llamado "El Dragón Rojo"

             Hiriam Abid, hijo de una hebrea viuda, de la tribu de Leví,
         era un notable arquitecto y  grabador en metales. La reina de Te-
         bas, que conocía sus grandes cualidades, le ordenó que se presen-
         tara al sabio Salomón en ocasión de hallarse este gran Rey prepa-
         rando la construcción del templo de Jerusalén, y esta misma alma
         proporcionó también todas las maderas de cedro del Líbano que
         fueron necesarias para la edificación del referido templo.
             Salomón concedió a Hiriam el cargo de arquitecto superior  y
         le inició a la vez en los sagrados misterios de las "ciencias ocul-
         tas", a las cuales debía el conocimiento de la verdadera sabiduría.
         Luego que fue iniciado en todas las ciencias, le hizo donación de
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