Page 283 - Mediavilla-C-Caligrafia
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Wemer Schneider. Alemania,  1987. Caligrafía
           ge~tual.  Pluma metálica sobre papellngres.












           Pilgina derecho: Claude Mcdiavilla,  t991.
           Caligrafía árabe de estilo thulutl1. Después de
           la bismillah, la segunda línea traducida al
           inglés procede del Sura ai·Nahl, La  abeja (xvt,
           verslculo 53). Ejemplo de integración de las
           caligrafíns árabe y latina en el que la simbiosis
           perlccta de las formas se combina con la
           un1dad rltmiC'<I del conjunto.  Las exigencias de
           orden  plá~tico son siempre las mismas para los
           artista~ de diferentes culturas: dlactilidad de las
           líneas v ~:alidau de la~ formas.



















                                                   En Escanclinavia cabe citar a los suecos Karl-Erik  Forsberg, Kerstin  Anckers, Sven
                                                   Hoglind y  Erik Lindegren, con su obra ABC of Letlering and Printing Type.~; en
                                                   Finlandia a Erkki  Ruuhinen y a Hannu Paalasmaa; en Noruega a Christopher
                                                   Haanes; en Dinamarca a Bent Rhode, y en Estonia, en Tallin, a Villu Toots.  En  los
                                                   Paises Bajos destacan los trabajos de Jan  Van  Krimpen, Sem  Hartz, Chris Brand y
                                                   Gerrit  Noordzij, pero una  nueva generación de calígrafos está emergiendo en
                                                   Holanda.  Podríamos nombrar entre ellos a Katina Meister, Elmo van Slingerland
                                                   y Wilbert Wegman. En  Bélgica el precursor es Jef Boudens, seguido de jóvenes
                                                   talentos como su hijo Pieter, Goedele Soetewey y Frank Missant.
                                                     Por el contrario, existe un tenaz prejuicio según el cual los países de la  Europa
                                                   meridional no han fomentado la creación de obras gráficas de calidad. Visto de cerca
                                                   se diría que estas regiones se han esforzado por mantenerse al  margen de toda la
                                                   renovación caligráfica de principios del siglo xx. Sin embargo, esto no siempre ha
                                                   sido asf. Recordemos, por ejemplo, que en el siglo xv la República de Venecia atrajo
                                                   a los mejores artistas y que allí se fijaron las reglas de la tipografia para un largo
                                                   período. ¿Qué ha pasado entonces en nuestra época? Sin duda hay que atribuir
                                                   ciertas carencias en la  ensetianza de la caligrafía a la pérdida de las tradiciones y a la
                                                   falta de entusiasmo. A este respecto, las autoridades competentes no han comprendido
                                                   lo que estaba en juego y no han sentido la necesidad de elaborar programas
            Werner Schnetder, ¡tlfabeto de capitales   específicos. Por mucho que nos remontemos en el siglo es prácUcamente imposible
            trazado al  pincel chino. Tinta sobre papt>l.   hallar un solo curso de alto  nivel.  Este hecho explica probablemente la  debilidad
            formato: 15  x 30 cm. SPmejante perfección en   endémica del arte gráfico francés. Si  pensamos en los trabajos de los artistas gráficos
            el gesto ex1ge un innclbk• dominio de los
            instrumentos y lr~s formas.            y cartelistas hasta 1960 y consideramos, por ejemplo, el caso representativo de





                                                      li\  RENOVACIÓN  DE  L/1  C: IILIC, KIIfÍ/1
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