Page 41 - La Iridologia Ciencia o Espiritismo
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llegó a la certidumbre de que en el iris se reflejaban los cambios tisulares de los
diversos órganos del cuerpo. Así fundándose en sus descubrimientos, Von
Peczely trazó la primera grafica de la iridología.” (La iridología simplificada,
pág. 12).
En nuestro próximo tema tocaremos las artes orientales, el tan afamado
tercer ojo, veremos si realmente este tiene que ver con la práctica de la
iridología. “Es cierto que cuando se oye hablar por primera vez de iridología,
como técnica que permite ver el estado de nuestros órganos en el iris de los
ojos, la actitud lógica es la de ser escépticos, dado que formamos parte de
una sociedad que ha sido engañada, que ya no cree nada; y porque nuestro siglo
es de la ciencia experimental por excelencia y todo lo que no se puede probar
matemáticamente o demostrar científicamente, es a menudo considerado como
una falsedad, tanto si es empírico como si es fruto de la charlatanería. Esto
hace que muy a menudo, para creer, queremos meter los dedos en la llaga, o ser
deslumbrados mediante una demostración científica, sin embargo, y desde hace
un siglo, un número cada día mayor de investigadores, de fisiólogos y de
médicos se han basado en este método de diagnóstico y han realizados
descubrimientos sensacionales que les han permitido aportar un testimonio
irrefutable de la eficacia de esta práctica iridológica, actualmente
considerada como científica.
“El doctor León Vannier, famosos médico francés, fundador del centro
homeopático de Francia, dice en sus escritos: “La iridoscopia (acción de
observar el iris del ojo) aporta al examen del enfermo una certeza tal, que su
estudio nunca debe ser descuidado. Sin lugar a dudas, aunque a primera vista
pudiera ser extraño, es extraordinario el poder hacer un diagnóstico por
medio de una simple inspección del iris. Y esta práctica podría tener algo de
maravilloso, sobre todo si observación se limitara a este único examen y si no
existiera cantidad de documentos que nos permitieran establecer de una forma
irrefutable la certeza de este método. La observación de un iris, el
reconocimiento de los signos inscritos en el y su interpretación adecuada
refiriéndolos a los órganos internos correspondientes, no debe parecernos
más misterioso que el examen radiológico, en el curso del cual, la situación