Page 60 - La Iridologia Ciencia o Espiritismo
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EL  IRIS EN CONEXIÓN CON EL CUERPO

                           “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos
                           los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también
                           Cristo.” 1 Corintios 12:12


                                  Después de haber considerados una series de hechos acerca de la iridología, en
                           este tema vamos a tratar de explicar cómo funciona el diagnostico de iris, pero antes
                           quiera compartir con el amigo y la amiga lectora algunos comentarios (vamos a tratar
                           solo uno que reúne el patrón común del ataque a la iridología), que se han colocado
                           en la web sobre la iridología catalogándola de espiritista, diabólica, satánica y todo lo
                           relacionado con las “ciencias” ocultas.
                                  “La iridomancia”


                           “Esta para medicina, mal llamada iridología, pretende diagnosticar cualquier enfermedad observando
                           el iris del paciente, adonde se afirma que hay un mapa detallado de todo el cuerpo. En realidad, el iris
                           tiene la función de regular la cantidad de luz que penetra en el globo ocular, dilatando la pupila en la
                           oscuridad y contrayéndola cuando la luz es intensa; además, define el hermoso color de los ojos de cada
                           persona.   Pero   no   existe   tal   cosa   como   un   mapa   del   organismo   en   el   iris.
                           Una  enfermera  graduada  en  el  Sanatorio  Adventista  del  Plata  estaba  trabajando  en  otro  país
                           sudamericano  y  vino  de  vacaciones  a  Libertador  San  Martín.  Como  tenía  cierta  dolencia,  se  hizo
                           varios estudios médicos (radiografías y análisis) que llevaron a un diagnóstico. Cuando volvió a
                           su campo de trabajo, alguien le aconsejó: ¿Por qué no consultas con la irióloga?” Ella aceptó el
                           consejo. Con solo mirarle los ojos, la irióloga le dijo: “Tu diagnóstico es éste” (el mismo al que se
                           había llegado con los estudios médicos ya realizados). Pero agregó algo más, mientras le seguía
                           mirando los ojos: “Cuando fuiste concebida, tu padre tenía tuberculosis en el pulmón izquierdo”.
                           La  enfermera  no  sabía  esto,  así  que  escribió  a  su  familia  preguntando  sobre  el  asunto.  Para
                           asombro de todos, así había sido.
                           ¿Será  posible  que  tengamos  en  el  iris  no  sólo  un  mapa  de  nuestro  cuerpo  sino  también  el  de
                           nuestros  antepasados?  ¿Vio  la  irióloga  la  tuberculosis  del  pulmón  izquierdo  del  padre  de  la
                           enfermera  en  su  iris,  o  “alguien”  que  lo  sabía  se  lo  contó?  Y  en  ese  caso,  ¿quién  se  lo  dijo?
                           La adivina de Filipos “daba gran ganancia a sus amos adivinando; además seguía a Pablo y Silas
                           dando voces y diciendo: estos hombres son siervos del Dios Altísimo y os anuncian el camino de la
                           salvación” (Hechos 16:16, 17). Pero, cuando Pablo, en el nombre de Jesús, mandó al demonio que
                           saliera de ella, ya no pudo adivinar más. Como consecuencia, sus amos perdieron su gran negocio, y
                           acusaron a Pablo y a Silas ante las autoridades, quienes los azotaron y encarcelaron. La historia culmina
                           con  la  conversión  del  carcelero  y  la  liberación  de  los  apóstoles  (Hechos  16:18-35).
                           ¿Quién daba a la muchacha la información necesaria para adivinar? El demonio que la poseía.
                           Sin  el  demonio,  ya  no  pudo  adivinar.  ¿Entendemos  ahora  por  qué  Dios  prohíbe  a  su  pueblo
                           practicar la adivinación y consultar con los adivinos? “No sea hallado en ti [...] quien practique la
                           adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien
                           consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas”
                           (Deuteronomio  18:10-12).  “No  os  volváis  a  los  encantadores  ni  a  los  adivinos;  no  los  consultéis,
                           contaminándoos con ellos” (Levítico 19:31).
                           Angélica Peverini de Hammerly, esposa del pastor Daniel Hammerly Dupuy, estudiaba Medicina en
                           Buenos Aires cuando yo también era estudiante. Ella me contó esta experiencia que me resultó muy
                           reveladora:  Desde  hacía  algún  tiempo,  ella  tenía  molestias  que  llevaron  al  diagnóstico  de  colon
                           irritable, pero últimamente le estaba doliendo el hombro izquierdo.
                           Alguien  le  aconsejó  que  fuera  a  consultar  con  un  endocrinólogo  que  tenía  su  consultorio  en
                           Florida, Buenos Aires. Cuando el “endocrinólogo” la vio, le dijo: “Sáquese los anteojos, señora”.
                           Entonces, le miró los ojos y de inmediato le dijo: “Usted tiene un colon irritable, pero ahora le
                           está doliendo el hombro izquierdo. Tome este medicamento y vuelva a verme dentro de un mes”. La
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