Page 83 - Illuminati
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el día de la toma de La Bastilla como si se tratara de su propio cumpleaños.
que los antiguos griegos habían disfrutado simplemente por vivir en ese
noticias procedentes de París le hicieron pensar que lo que intentaban los
impulsores de la revolución era construir conscientemente en Francia lo
momento histórico. El hombre pasaba a ser el centro definitivo del
horror hasta desembocar en una auténtica dictadura, los ánimos de Hegel
se enfriaron. Al final de su vida seguía recordando con nostalgia el espíritu
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo y quedaba claro que
los bellos ideales del principio se transformaban en una orgía de sangre y
libertad y felicidad podían materializarse en esa misma polis. Las primeras
en la historia de la Europa moderna. Es más, durante toda su vida celebró
Revolución francesa. Desde el principio, Hegel se sintió entusiasmado por
los valores y el espíritu que transmitía ese acontecimiento sin precedentes
allá o en otros mundos para ser feliz, porque los ideales de belleza,
ideal personal. En su opinión, el hombre no necesitaba pensar en el más
El joven Hegel había hecho de la polis, el concepto griego de ciudad, su
universo, sin necesidad de utilizar la muleta de ninguna divinidad.
de la revolución y, con horror, su materialización. Intentó explicar lo ocurrido afirmando la contradicción de intentar imponer la libertad. Los revolucionarios, en nombre del ideal universal de libertad, «han negado las particularidades de los franceses comunes y en especial su fe cristiana. Al universal termina particularizándose negar lo particular, por lógica lo también. Para mantener la totalidad no se
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