Page 122 - El libro de Enoc
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Al  rededor  de  ella  había  Serafines,  Querubines  y  Ofanines,  estos
                son los que no duermen y vigilan el trono de su gloria.



                Vi  innumerables  ángeles,  miles  y  miles,  miríadas  y  miríadas

                rodeando esa edificación



                y  a  Miguel,  Rafael,  Gabriel  y  Sariel  y  a  una  multitud  de  santos
                incontable.



                Con ellos estaba la cabeza de los Días, su cabeza era blanca y pura

                como la lana y sus vestidos eran indescriptibles.



                Caí  sobre  mi  rostro,  todo  mi  cuerpo  desmayó,  mi  espíritu  fue
                trasfigurado,  grité  con  voz  fuerte,  con  espíritu  de  poder  y  bendije,

                alabé y exalté.



                Estas  bendiciones  que  salieron  de  mi  boca  fuero  consideradas
                agradables ante esta Cabeza de los Días.



                Y esta Cabeza de los Días vino con Miguel, Gabriel, Rafael y Sariel

                y una multitud innumerable de ángeles.



                Vino  a  mí,  me  saludó  con  su  voz  y  me  dijo:  «Éste  es  el  Hijo  del
                Hombre  que  ha  sido  engendrado  por  la  justicia,  la  justicia  reside
                sobre él y la Cabeza de los Días no le abandonará».                     (Dn 7:13; Za 6:12)




                Me dijo: «Él proclamará sobre ti la paz, en nombre del mundo por
                venir, porque desde allí ha provenido la paz desde la creación del
                mundo  y  así  la  paz  estará  sobre  ti  para  siempre  y  por  toda  la

                eternidad.                                                                          (Is 9:5)
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