Page 93 - El libro de Enoc
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“Pero la ciudad de mis justos será un obstáculos para sus caballos:
comenzarán a combatir contra ellos y su mano derecha desplegará
su fuerza contra ellos. Un hombre no conocerá a su hermano ni un
hijo a su padre ni a su madre, hasta que el número de cadáveres
complete su matanza y su castigo no será en vano.
En ese tiempo el seol abrirá sus mandíbulas, serán engullidos por él
y su destrucción culminará: la muerte devorará a los pecadores en
presencia de los elegidos.