Page 40 - Illuminati
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así como tres ministros del gobierno, entre ellos, el responsable de Justicia,
libró del problema con la sorprendente y rápida muerte de Luciani. Poco
después asumió el poder su sucesor Karol Wojtyla, con el nombre de Juan
proseguía sus investiga- dones y de
la denominada Iglesia primitiva, sería capaz de provocar la quiebra
definitiva de las dos entidades bancadas con tal de depurar a la Santa Sede
Sus cuitas, empero, no duraron mucho, ya que «un golpe de fortuna» los
alguna forma acabó llegando hasta Gelli. En marzo de 1981, una
El escándalo fue enorme en Italia, porque en la lista figuraban, entre otros,
el ex presidente Giulio Andreotti y varios ex primeros ministros italianos,
cuarenta parlamentarios, diversos líderes de partidos políticos, banqueros, directores de periódicos, casi
operación policial intentó detenerlo en su villa residencial, pero cuando los
agentes entraron, el dirigente masón había desaparecido. Tras efectuar un
riguroso registro, aparecieron los archivos secretos de la logia Propaganda
Pontífice, hombre idealista y admirador del espíritu pobre pero honrado de
A duras penas, Marzinkus y Calvi lograron salvar el Banco Ambrosiano y
la Banca Vaticana, pidiendo cuantiosos préstamos a banqueros
internacionales (como sabemos, uno de los instrumentos predilectos de los
cadena perpetua por su implicación en la muerte del fiscal encargado de
investigar la quiebra de sus bancos. Dos días después de ingresar en una
prisión de máxima seguridad, Sindona falleció víctima de un extraño
nombre de Juan Pablo I. Los responsables de la finanza vaticana se
precaria, pues sabían que el nuevo
Illuminati) y ofreciendo a cambio la «garantía moral» del Vaticano. Pero
entonces falleció Pablo VI y Luciani fue elegido nuevo Papa con el
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ataque descrito alternativamente como «infarto» y «derrame cerebral».
encontraban, pues, en una posición
de especuladores y buscavidas. Mientras tanto, la policía italiana Due, entre los que figuraban los nombres de sus 953 miembros activos. Adolfo Sarti; noventa jueces, más de
Pablo II.