Page 176 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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—Estos días no tanto —Hizo un ademán como si apartara algo. Con un mohín,
Saffy caminó lentamente a la playa. No estaba sola, por supuesto; los rufianes de
Gallywix estaban colocados alrededor del enclave e incluso patrullaban las palayas. Pero
mantenían sus distancias y no molestaban demasiado ni a Grizzek ni a ella.
Había puesto una silla y había una mesa. También estaba puesta una sombrilla,
aunque no era como si se necesitara una a esa hora. Mientras Saffy se acomodaba en la
silla, tuvo que admitir que el cielo era totalmente glorioso y la luz de la luna en el océano
era asombrosamente relajante.
Normalmente a Saffy le tomaba un momento relajarse cuando su cerebro estaba
fitrando cosas rápidamente. Ella escuchó el ruido de algo estruendoso detrás de ella y giró
para ver a Grizzek equilibrando una bandeja en una mano y cargando una silla con la otra.
No dijo nada mientras colocaba la bandeja en la mesa y colocaba la silla.
—Vino —dijo Saffy, sobresaltada—. Serviste vino.
—Sí —gruñó—. Tenía una botella por ahí. Sabía que te gustaba esa cosa.
Realmente él no había cocinado, razón por la que probablemente el lugar seguía
de pie. Solamente había recalentado algo de estofado de mariscos que ella había hecho
para almorzar y agarró algo de pan. Comieron en silencio, escuchando el sonido del mar.
Saffy estaba pensando mucho y no acerca de la Azerita, aunque eso quería aparecerse en
las esquinas de su cavilación.
—Grizzek —dijo ella.
—¿Sí?
—Cuando llegué me llamaste por mi sobrenombre —al menos uno de ellos; ellos
tenían bastante durante ese periodo de tiempo donde las cosas iban bien.
Su matrimonio había sido, bueno, bastante corto. Primero habían sido compañeros
de laboratorio, y eso había ido bien, pero entonces habían sido lo suficientemente idiotas
para enamorarse. Su primero mes había sido glorioso, el epítome de una gran historia de
amor. Y entonces se había desmoronado igual que uno de los defectuosos y mal diseñados
dispositivos de Grizzek. De pronto, todo lo que uno hacía irritaba al otro más allá de la
tolerancia. Muchas cosas fueron arrojadas y rotas, y una vez Saffy se halló gritando tanto
que perdió la voz. Ese había sido un día horrible. Grizzek se había sentido libre para
mofarse de ella y ella no pudo lanzar una réplica concisa.
No obstante, ni siquiera la molestia de ese terrible día parecía coartar su
colaboración actual. Trabajaban juntos casi impecablemente, escuchando lo que el otro
tenía que decir, ofreciendo sugerencias, formando una verdadera asociación. Saffy estaba
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