Page 42 - Cómo aprendimos a volar (II Edición)
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en vez de dejarnos jugar a mí y a mi hermana. Hay momentos que dejan señales fuertes para toda la vida, y es por esa razón que cuando pude regalar juguetes en Saraguro, les decía a las y los wawas que jueguen con ellos, que no importaba si se rompían, porque cada vez que pudiera les iba a regalar más y más.
Volviendo a mi historia, a los 12 años terminé la escuela, fue entonces cuando por primera vez me compraron zapatos, yo estaba feliz, muy
feliz, aunque mis
tobillos no dejaban
de sangrar. En aquel
tiempo, no sé por
qué, pero todo funcio-
naba a golpes, todo
se hacía con la veta,
con chicote*, con un
palo, y metiendo de por medio a “dios”, diciendo que si éramos malas él no nos iba a querer. Se hacía lo que los curas les decían a nuestras y nuestros mayores, y todo era maltrato físico o psi- cológico. Yo recibí mucho mal- trato por parte de mi papá y mi mamá. Ahora cuando nos reuni- mos en familia y contamos eso
* Chicote: látigo hecho de cuero utilizado para azuzar animales, especialmente caballos.
a sobrinas y sobrinos, nos dicen que estamos exagerando, y mi mamá y tías dicen que exagera- mos, que somos locas, pero qué ironías de la vida, hoy delante de las personas mayores, no pode- mos ni tocar a las menores, peor insultarles o gritarles.
Cuando terminé la escuela me fui a Loja con una familia muy buena donde pasé casi 7 años. No estudié el colegio cuando terminé la escuela, pero cuando tuve 15 años en esta linda familia
me ayudó a matricu- larme en un colegio vespertino. Por las mañanas cuidaba a un niño, aseaba la casa, hacía la comida y por las noches hacía los deberes. Pero no pude ir al colegio
vestida de india saragura, tuve que ponerme la ropa que lleva- ban mis compañeras mestizas, y tenía vergüenza de ir así ya que en ese colegio había muchas saraguras que sí podían vestir y relucir nuestro precioso traje. Pero todo tiene su recompensa, hoy el niño a quien cuidaba es un gran profesional, catedrá- tico, siempre pendiente de mí y mis cosas, para mí es un hijo de corazón, y el amor es mutuo.
 “En aquel tiempo, no sé por qué, pero todo funcionaba a golpes”
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