Page 1236 - Biblia el Unico Dios
P. 1236
4 Porque Dios dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y: El que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte.
5 Pero ustedes dicen: El que diga a su padre o a su madre: “No puedo ayudarte porque todo lo que tengo lo he ofrecido a Dios,
6 ése no tendrá que honrar a su padre y a su madre. Así han anulado la Palabra de Dios por su tradición.
7 Hipócritas, bien profetizó de ustedes Isaías cuando dijo:
8 Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
9 En vano me honran, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.»
Is 29:13
10 Luego Jesús llamó a la gente y dijo: Escuchen y entiendan:
11 No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.»
12 Entonces se acercan los discípulos y le dicen: «¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oír tu palabra?»
13 El les respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz.
14 Déjenlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.»
15 Tomando Pedro la palabra, le dijo: «Explícanos la parábola.»
16 El dijo: «¿También ustedes están todavía sin entendimiento?
17 ¿No comprenden que todo lo que entra en la boca pasa al vientre y luego se echa en la letrina?
18 En cambio lo que sale de la boca viene de dentro del corazón, y eso es lo que contamina al hombre.
19 Porque del corazón salen las malas intenciones, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias.
20 Estas cosas son las que hacen impuro al hombre; pero el comer sin cumplir con la ceremonia de lavarse las manos, no lo hace impuro.
La fe de la mujer cananea
(Mr.7.24-30)
21 Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón.
22 En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está gravemente atormentada por un demonio.»
23 Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.»
24 Respondió Jesús: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.»
25 Ella, no obstante, vino a postrarse ante Jesús y le dijo: «¡Señor, socórreme!» 26 Jesús le respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los
perritos.»
Ju 6:35; Mr 7:27