Page 1494 - Biblia el Unico Dios
P. 1494
8 No queremos que lo ignoren, hermanos: la tribulación sufrida en Asia nos abrumó hasta el extremo, por encima de nuestras fuerzas, hasta tal punto que perdimos la esperanza de conservar la vida.
9 Pero hemos tenido sobre nosotros mismos la sentencia de muerte, para que no pongamos nuestra confianza en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos.
10 Y Dios nos libró y nos librará de tan gran peligro de muerte. Confiamos en que seguirá librándonos,
11 si nos ayudan también ustedes con la oración en favor nuestro, para que la gracia obtenida por intervención de muchos también darán gracias a Dios por las bendiciones que de él recibimos.
Por qué Pablo pospuso su visita a Corinto
12 Tenemos un motivo de orgullo, y es que nuestra conciencia nos dice que nos hemos portado limpia y sinceramente en este mundo, y especialmente en mi relación con ustedes. Nosotros no nos guiamos por la sabiduría humana, sino que confiamos en la gracia de Dios.
13 Porque no les escribimos otra cosa que lo que leen y comprenden, y espero comprenderán plenamente,
14 como ya en parte han entendido lo que somos, que cuando regrese nuestro Señor Jesús ustedes se sentirán orgullosos de nosotros, como también nosotros nos sentiremos orgullosos de ustedes.
15 Con este convencimiento quería yo ir primero donde ustedes a fin de procurarles una segunda gracia,
16 pensaba visitarlos primero al pasar camino de Macedonia, y después, al regresar, visitarlos otra vez. Así ustedes podrían ayudarme luego a seguir mi viaje a Judea.
17 ¿Será que cuando decidí hacer esto no lo pensé seriamente? ¿Creen ustedes que yo hago mis planes con doblez, diciendo «sí» y «no» al mismo tiempo? 18 ¡Por la fidelidad de Dios!, que la palabra que les dirigimos no es sí y no. 19 Porque Jesús, el Hijo de Dios, a quien Silvano, Timoteo y yo predicamos entre ustedes, no fue «sí» y «no» al mismo tiempo. Dios ha dado en su hijo, Jesús, para siempre su «sí»,
20 Porque todas las promesas hechas por Dios han tenido su sí en él; y por eso decimos por él «Amén» a la gloria de Dios.
21 Y Dios es el que a nosotros y a ustedes nos ha afirmado al unirnos a su hijo, Jesús, y nos ha consagrado,
22 y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones.
23 ¡Por mi vida!, testigo me es Dios de que, si todavía no he ido a Corinto, ha sido por ser indulgente con ustedes.
24 No es que pretendamos dominar sobre su fe, sino que contribuimos con ustedes, para que tengan gozo, porque se mantienen firmes en la fe.