Page 351 - Biblia el Unico Dios
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11 al clamor de los repartidores junto a los abrevaderos. Allí se cantan los favores del Señor (יהוה), los favores a sus poblados de Israel. (Entonces el pueblo del Señor (יהוה) bajó a las puertas).
12 Despierta, Débora, despierta! ¡Despierta, despierta, entona un cantar! ¡Animo! ¡Arriba, Barac! ¡Apresa a los que te apresaron, hijo de Abinoam!
13 »Entonces bajaron los israelitas a luchar contra los poderosos; bajaron por mí las tropas del Señor a luchar contra los hombres de guerra.
14 Los principales de Efraim en el valle. Detrás de ti Benjamín entre tu gente. De Maquir han bajado capitanes, de Zabulón los que manejan cetro.
15 También acompañaron a Débora los jefes de Isacar; Isacar fue el apoyo de Barac, pues se lanzó tras él al valle. »Si en los escuadrones de Rubén

hay grandes hombres de corazón resuelto,
16 ¿por qué se quedaron entre los rediles, oyendo a los pastores llamar a sus ovejas? ¡En los escuadrones de Rubén hay grandes hombres de corazón miedoso! 17 Al otro lado del Jordán, Galaad se queda, y Dan, ¿por qué vive en naves extranjeras? Aser se ha quedado a orillas del mar, tranquilo en sus puertos mora. 18 pero en las alturas de los campos, Zabulón y Neftalí arriesgaron la vida.
19 Vinieron reyes y pelearon; Entonces pelearon los reyes de Canaán,
En Taanac, junto a las aguas de Meguido, Mas no llevaron ganancia alguna de dinero
20 Desde los cielos lucharon las estrellas, desde sus órbitas lucharon contra Sísara.
21 el arroyo, el arroyo antiguo, el arroyo de Cisón los barrió a todos ellos.

¡Tú destruirás la garganta de los poderosos!
22 Cascos de caballos sacuden el suelo: ¡galopan, galopan sus corceles!
23 Y el ángel del Señor (יהוה) anuncia: “¡Que caiga una dura maldición sobre Meroz y sus habitantes!” Porque no acudieron, como los valientes, en ayuda del Señor.
24 ¡Bendita entre las mujeres Jael (la mujer de Héber el cenita), entre las mujeres que habitan en tiendas, bendita sea!
25 Pedía agua, le dio leche, en la copa de los nobles le sirvió nata.
26 Tendió su mano a la estaca, la diestra al mazo de los carpinteros. Hirió a Sísara, le rompió la cabeza, le golpeó y le rompió la sien;
27 Sísara se retorcía a los pies de Jael; retorciéndose de dolor cayó al suelo,

y allí donde cayó, allí quedó muerto.
28 A la ventana se asoma y atisba la madre de Sísara, por las celosías: «¿Por qué tarda en llegar su carro? ¿por qué se retrasa el galopar de su carroza?
29 La más discreta de sus princesas le responde; ella se lo repite a sí misma:
30 ¡«Será que han cogido botín y lo reparten: una doncella, dos doncellas para cada guerrero; botín de paños de colores para Sísara, botín de paños de colores; un manto, dos mantos bordados para mi cuello!»













































































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