Page 64 - Biblia el Unico Dios
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 20 Luego me traen a su hermano menor; entonces se verá que son verídicas sus palabras y no morirán.» Así lo hicieron ellos.
21 Y se decían el uno al otro: «Verdaderamente somos culpables contra nuestro hermano, cuya angustia veíamos cuando nos pedía que tuviésemos compasión y no le hicimos caso. Por eso nos hallamos en esta angustia.»
22 Rubén les respondió: «!? No les decía yo que no pecaran contra el joven y no me hicieron caso? ¡Ahora se reclama su sangre!»
23 Ignoraban ellos que José les entendía, porque había un intérprete entre ellos. 24 Entonces José se apartó de su lado y lloró; y volviendo donde ellos tomó a Simeón y le hizo amarrar a vista de todos.
25 Mandó José que se les llenaran los sacos de grano, que se devolviera a cada uno su dinero en su saco, y que se les pusiera provisiones para el camino; así se hizo con ellos.
26 Ellos pusieron su cargamento de grano sobre los asnos, y se fueron de allí. 27 Al ir adormir esa noche, uno de ellos abrió su talega para dar de comer a su asno, y vio que su dinero estaba en la boca del saco de grano.
28 Y dijo a sus hermanos: «Me han devuelto el dinero; lo tengo aquí en mi soco.» Se quedaron sin aliento, y se miraban temblando y diciendo: «¿Qué es esto que ha hecho Dios con nosotros?»
29 Llegaron donde su padre, a Canaán, y le manifestaron todas sus aventuras, diciéndole:
30 «El hombre que es señor del país ha hablado con nosotros duramente y nos ha tomado por espías del país.
31 Nosotros le hemos dicho que éramos hombres honrados y no espías,
32 que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno de nosotros no existía, y que el otro se encontraba actualmente con nuestro padre en Canaán.
33 Entonces él nos dijo: “Con esto voy a ver si ustedes son de veras honrados. Dejen aquí conmigo a uno de sus hermanos y vayan a llevar un poco de trigo para sus familias,
34 pero tráiganme a su hermano menor. Así conoceré que no son espías, sino hombres honrados. Entonces les entregaré a su hermano y circularan libremente por el país.”»
35 Ahora bien, cuando estaban vaciando sus sacos, he aquí que cada uno tenía su dinero en el saco, y tanto ellos como su padre, al ver las bolsas, sintieron miedo. 36 Su padre Jacob les dijo: «Me dejan sin hijos: Falta José, falta Simeón, y encima van a quitarme a Benjamín. Esto acabará conmigo.»
37 Dijo Rubén a su padre: «Que mueran mis dos hijos si no te lo traemos. Confíalo a mí y yo te lo devolveré.»
38 Pero Jacob contestó: Mi hijo no irá con ustedes. Su hermano José ha muerto y sólo queda él. Si le pasa algo malo en el viaje que van a hacer, ustedes tendrán la culpa de que este viejo se muera de tristeza.



















































































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