Page 891 - Biblia el Unico Dios
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21 ¡Ay, de los sabios a sus propios ojos, y para sí mismos discretos!
22 ¡Ay, de los campeones en beber vino, los valientes para mezclar licor,
23 los que absuelven al malo por soborno y quitan al justo su derecho.
24 Tal devora las espigas una lengua de fuego y el heno en llamas se derrumba: la raíz de ellos será como podredumbre, y su flor subirá como tamo. Porque desecharon la enseñanza del Señor (יהוה) todopoderoso y despreciaron el dicho del Santo de Israel.
25 Por eso se ha encendido la ira del Señor (יהוה) contra su pueblo, extendió su mano sobre él y le golpeó. Y mató a los príncipes: sus cadáveres yacían como basura en medio de las calles. Con todo eso, no se ha calmado su ira, y aún sigue amenazando todavía.
26 Iza bandera a un pueblo desde lejos y le silba desde los confines de la tierra: vedlo aquí, rápido, viene ligero.
27 No hay en él quien se canse y tropiece, quien se duerma o le de sueño; nadie se suelta el cinturón de los lomos, ni se rompe la correa de su calzado.
28 Sus saetas son agudas y todos sus arcos están tensos. Los cascos de sus caballos semejan pedernal y sus ruedas, torbellino.
29 Tiene un rugido como de leona, ruge como los cachorros, brama y agarra la presa, la arrebata, y no hay quien la libre.
30 Bramará contra él aquel día como el bramido del mar, y mirara la tierra, y habrá densa oscuridad, pues la luz se habrá oscurecido en la espesa tiniebla.
Isaías 6
1 El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono muy alto; el borde de su manto llenaba el templo.
2 Unos seres como de fuego estaban por encima de él. Cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían la cara, con otras dos se cubrían la parte inferior del cuerpo y con las otras dos volaban.
3 Y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo, es el Señor (יהוה) el Todopoderoso: llena está toda la tierra de su gloria.».
4 Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo.
5 Y pensé: «¡Ay de mí, voy a morir!, soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey el Señor (יהוה) el Todopoderoso han visto mis ojos!»
6 En ese momento uno de aquellos seres como de fuego voló hacia mí. Con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar,
7 y tocó mi boca y dijo: «He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado.»
8 Entonces oí la voz del Señor, que decía: «¿A quién voy a enviar? ¿Quién será nuestro mensajero?» Yo respondí: «Aquí estoy yo, envíame a mí.»
Visión y llamamiento de Isaías