Page 900 - Biblia el Unico Dios
P. 900
1 Cuando se compadezca el Señor (יהוה) de Jacob y prefiera todavía a Israel, los afirmara en la tierra de ellos, y se les juntarán forasteros, que serán incorporados a la casa de Jacob.
2 Muchas naciones recibirán a los israelitas y los acompañarán hasta su patria, y los israelitas los tomarán como esclavos en la tierra del Señor (יהוה). Los israelitas llevarán presos a quienes antes los habían puesto presos, y dominarán a quienes antes los oprimieron.
3 Entonces, cuando te haya calmado el Señor (יהוה) de tu disgusto y tu pesadumbre y de la dura servidumbre a que fuiste sometido,
4 dirigirás esta sátira al rey de Babilonia. Dirás: ¡Cómo ha acabado el tirano, cómo ha cesado su arrogancia!
5 Ha quebrado el Señor (יהוה) la vara de los malvados, el bastón de los señores, 6 que golpeaba a los pueblos con furor golpes sin parar, que dominaba con ira a las naciones acosándolas sin tregua.
7 Está tranquila y quieta la tierra toda, prorrumpe en aclamaciones.
8 Hasta los cipreses se alegran por ti, los cedros del Líbano: «Desde que tú has caído, no sube el talador a nosotros.»
9 El seol, allá abajo, se estremeció por ti saliéndote al encuentro; por ti despierta a las sombras, a todos los muertos de la tierra; hace levantarse de sus tronos a los reyes de todas las naciones.
10 Todos ellos responden y te dicen: «¡También tú te has vuelto débil como nosotros, y a nosotros eres semejante!
11 Aquí vinieron a parar tu orgullo y tu música de cítaras. Tu cama es podredumbre, tus mantas son gusanos.”
12 ¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a tierra, dominador de naciones!
13 Tú que habías dicho en tu corazón: «Al cielo voy a subir, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte del Testimonio, en el extremo norte.
14 Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altísimo.
15 ¡Ya!: al reino de la muerte has sido precipitado, a lo más hondo del pozo.»
16 Los que te ven, en ti se fijan; te miran con atención: «¿Ese es aquél, el que hacía estremecer la tierra, el que hacía temblar los reinos,
17 el que puso el mundo como un desierto, y asoló sus ciudades, el que a sus prisioneros no abría la cárcel?»
18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honor, cada uno en su morada.
19 Pero tú has sido arrojado fuera de tu sepulcro, como un brote abominable, recubierto de muertos acuchillados, arrojados sobre las piedras de la fosa, como cadáver pisoteado.
20 No tendrás con ellos sepultura, porque tu tierra has destruido, a tu pueblo has asesinado. No se nombrará jamás la descendencia de los malhechores.