Page 7 - Amós

Amós
En esta ocasión me refiero a la
situación decadente que la sociedad
hondureña atraviesa. Hay tantos
defraudadores y explotadores
disfrazados como los mejores
pregoneros de la justicia, cuando en
realidad lejos de defender las causas
de los pobres, gracias a su ambición
desmedida lo único que hacen es
defender sus propios intereses, a estos
les digo que por aprovecharse de la
sencillez del pobre cuando llegue el
día del Señor, será un día terrible,
tenebroso y oscuro para ellos por que
no descubrieron en los pobres el rostro
del Señor.
A ustedes pueblo elegido que han
tenido el maravilloso privilegio de
conocer el mensaje sobre el Mesías
tan esperado por mi pueblo Israel y
no han sabido valorar su sacrificio
convirtiendo la religión a veces en
fanatismo y otras veces en rituales
vacíos. A ustedes que cometen los
mayores pecados por no poner en
práctica su vocación profética de la
que participan por su bautismo y por
no denunciar las injusticias a las
que se ven sometidos, si no escapan
de sus falsos cultos Dios tomará
cuenta todo esto, a ustedes les digo:
busquen el bien, no el mal. (Cf. )De
ese modo vivirán y estará con ustedes
el Señor.
¡Gobernantes y grandes hombres de
negocio! A ustedes les digo que si
continúan
aprovechándose y
manipulando a su antojo los sistemas de
justicia para justificar sus actos de
corrupción como sucedió en mi tiempo
cuando sobornaban a los jueces y recu-
rrían a trampas legales. A ustedes que
compran la dignidad del pobre por una
bolsa de provisione, si no cambian su indi-
ferencia ante el mal ajeno, si no calman
su deseo de poder. En el día del señor se
pondrá para ustedes el sol a mediodía y
en pleno luz del día se cubrirá la tierra de
tinieblas, sus fiestas serán lamento y sus
canciones (cf. Am) elegías, ténganlo pre-
sente el Señor jamás olvidará sus obras.
A todos los que son explotados,
marginados y oprimidos, a todos aquellos
que no tienen oportunidades que les
permita acceder a una buena
educación, seguridad, propiedad, salud,
trabajo digno, a todos los que emigran
con la ilusión de una vida mejor para sus
familias, a los que viven bajo amenazas,
¡esperen en el Señor! Así como restauró
la suerte de Israel reconstruyendo la casa
de David, reestablecerá en ustedes la
justicia que viene del cielo, trayendo
consuelo para sus corazones maltratados
y el goce de la Jerusalén celestial donde
no les hará falta nada. Tengamos la
certeza de ser una nación escogida por
Dios, a quien no le es indiferente su
realidad, sino que muestra su poder y
soberanía en beneficio de los más
débiles.