Page 2 - diario de una busqueda - interior DEFINITIVO
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Introducción






                                                                                                          entarme a escribir la introducción es desear ha-
                                                                                                      Scerlo rápido para que, sin demoras, se involucren
                                                                                                   con los relatos del libro. En él encontrarán mis búsque-
                                                                                                   das y encuentros.
                                                                                                      Dado el compromiso personal que tengo con la recu-
                                                                                                   peración de los saberes ancestrales verán que en lugar
                                                                                                   de Capítulos aquí hay Lunas, son trece en total tal cual
                                                                                                   los calendarios precolombinos. En cada una de ellas
                                                                                                   hay un interrogante que expreso a un Maestro y las res-
                                                                                                   puestas acordes. Ese texto es la antesala de un cuento
                                                                                                   onírico que fue desplegado por la reflexión de las ense-
                                                                                                   ñanzas.
                                                                                                      Motivó  este  libro  las  conversaciones que he tenido
                                                                                                   con el artista Ciruelo  Cabral  por videoconferencia en
                                                                                                   diferentes escuelas de la Villa de Merlo, entrevistas tele-
                                                                                                   fónicas en radios de la zona e intercambio de mails con
                                                                                                   temas de índole espiritual. Este aspecto de su persona
                                                                                                   fue lo que me inspiró a escribir el Diario. Sus textos es-
                                                                                                   tán desgravados de medios electrónicos lo que refleja la
                                                                                                   estructura de un verdadero diálogo. Él, Ciruelo Cabral,
                                                                                                   con toda generosidad me autorizó a decir que fueron
                                                                                                   nuestras conversaciones las que generaron mi búsque-
                                                                                                   da, confesándome que si tuviera que escribir un texto
                                                                                                   propio lo redactaría diferente y lo diría de otra manera.
                                                                                                   Es en la confianza y en la lealtad en la que hemos cons-
                                                                                                   truido esta relación, de allí la confesión que acabo de
                                                                                                   hacerles. Además me ha prestado la guarda de su Cua-
                                                                                                   derno de Magia, último editado. Gracias Ciruelo.






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