Page 4 - diario de una busqueda - interior DEFINITIVO

Y Liliana Bodoc, Maestra literaria y también espiri-
tual, ella fue quien me hizo la tutoría desde el principio
de la obra. En los cursos de formación que tomé du-
rante el 2016 he descubierto que también en ella hay
una gran generosidad y ética digna de imitar. Con sus
señalamientos me ayudó a contextualizar la obra en un
lugar sin tiempo ni espacio, diferenciando la voz de una
narradora buscadora, en contraste con el tono de un
Maestro y la autora de los cuentos oníricos que se des-
pliegan luego de cada conversación. Trabajamos mu-
cho y llegamos a este exquisito puerto. Gracias Liliana.
De allí encontrarán que es Liliana Bodoc quien di-
seña el prólogo y Ciruelo Cabral el epílogo. Me permito
la redundancia de agradecer infinitamente a estos dos
seres que son más que artistas para mí, son luces en
mi camino personal de quienes abrevo en cada oportu-
nidad que tengo.
Héctor Martínez, artista plástico que construye su
arte en óleo, es quien me ha diseñado la tapa, un gran
honor que su inspiración y arte sea la portada de un
libro que pretende desempolvar el saber que todos te-
nemos. Gesto que hace el Dragón con su cola mientras
escarba la arena para limpiar la piedra que es la tapa
de un Libro Sagrado que encuentra bajo unas rocas.
Su portada posee un mensaje escrito en idioma Rúnico,
antiguo lenguaje utilizado por los Vikingos. Traducido
significa:
“Existen portales, mundos paralelos en este mismo
espacio y tiempo, habitados Hadas, Dragones y otros
seres fantásticos, Sólo hay una forma de poder entrar
en ellos, es a través de la imaginación y una manera de
revelar al mundo su existencia es a través del arte… Sé
un niño y todos los portales se abrirán. ¡Sigue el camino
de tu pasión! – Ciruelo
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Con gran tino interpretó la idea y allí está su arte,
hablando por sí solo. A su vez se inspiró en uno de los
relatos para dibujar la bellísima guarda que encontra-
rán decorando algunas páginas del libro. Gracias Héc-
tor.
Analía Pinto, correctora de estilo, tan respetuosa
como siempre de las metáforas y las intenciones na-
rrativas. Es un placer trabajar con ella, el sentido de la
obra no sólo permanece igual, sino que lo convierte en
estética narrativa a los ojos del lector. Gracias Analía.
Agradezco enormemente a mi familia, Daniel que es-
tuvo en este proceso de escritura, generándome imáge-
nes y procesos, haciendo uso de su paciencia al extremo;
pero particularmente doy las más luminosas gracias a
Macarena y a Rodrigo, mis hijos, que padecen a diario
tener una madre buscadora y encontradora. Ellos son
ahora mi familia, me animan en cada momento y no me
dejan desviarme del camino del arte. Me enorgullecen
sobremanera, son seres brillantes. Ambos estudian en
una escuela de Arte y Rodrigo con sus 16 años me ha
regalado la imagen que cierra este libro. Nunca mejor
interpretada la idea. Gracias hijos, los amo.
Sin más preámbulos, los dejo disfrutar de las histo-
rias …
María Inés – Ine.