Page 24 - Zona13 Virtual.cdr
P. 24
Hoy más que nunca, frente a la actual crisis mundial,
que ha traído efectos colaterales a la economía, se
hace necesario (casi imperativo), seguir con el mismo
legado; “la iglesia debe seguir haciendo obra social a En estos tiempos tan difíciles para tantas familias, es
tiempo y fuera de tiempo”, sin distinción de raza, un momento preciso para unirnos en amor, armonía y
religión o género. generosidad, haciendo una hermosa sinergia que
como resultado contribuya al bienestar de nuestros
La biblia dice: “Y no se olviden de hacer el bien ni de hermanos más necesitados, y haya para todos ellos,
compartir lo que tienen con quienes pasan necesidad; una porción similar a la de la multiplicación de los
éstos son los sacrificios que agradan a Dios. (Hebreos peces y panes.
13:16 NTV)
En medio de una sociedad consumista, avara, hostil y “Si alguien tiene suficiente dinero para vivir bien y ve a
deshumanizada, los cristianos con escasés econó- un hermano en necesidad pero no le muestra com-
mica, deben seguir confiando en aquel que dice: “Abre pasión, ¿cómo puede estar el amor de Dios en esa
tu boca y yo te la llenaré”, y, “No te desampararé, ni te persona? Queridos hijos, que nuestro amor no quede
dejaré” y en base a estas promesas, tener una postura solo en palabras; mostremos la verdad por medio de
de resiliente en amor y paciencia, no olvidando nuestras acciones” (1 Juan 3:17-18 NTV).
también, que es de todos hacer actos humanitarios,
pues toda persona tendrá siempre a la mano algo para
compartir con el necesitado; sin embargo los cristia-
nos que gozan de una economía estable, deben tener
cuidado de no caer en lazo, codicia y amor al dinero;
(1 Timoteo 6:9-10); por el contrario deben ejercer y
ministrar el don de repartir con liberalidad y generosi-
dad a aquellos que lo requieren con prontitud.
El texto sagrado dice:
“Que hagan bien, que sean ricos
en buenas obras,
dadivosos, generosos’’
(1 Timoteo 6:17-19)
a lo cual alguien gritará:
“no hay para tantos necesitados”.
Ese pensamiento es muy ambiguo y por ende
pesimista y los apóstoles no fueron la excepción;
“Señor, ni doscientos denarios alcanzarían para
tantos, es mejor despedirlos” pero lo poco en las
manos de Jesús fue multiplicado y todos saciaron
su apetito y sobró. 24