Page 284 - DERECHO INDÍGENA Y DERECHOS HUMANOS EN AMÉRICA LATINA (1988)
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una nación sino un territorio habitado", escribía Manuel González Prada . Crisis
de nación y crisis de Estado oligárquico que corresponden al retorno masivo del
país al mercado internacional y su reinserción en una economía de exportación y
de enclave que va acompañada de un flujo de capital externo fundamentalmente
inglés, y después norteamericano, invertido directamente en la explotación de los
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recursos estratégicos mineros y de la explotación agropecuaria .
Con esto el país ingresa a la forma típica de relación neocolonial que
pospone una vez más la constitución de la nación-Estado a través del proceso de
formación del mercado interno, en beneficio de la consolidación de una élite
oligárquica y dependiente que, dueña del aparato administrativo, lo reproduce y
amplía exclusivamente en función de las necesidades de su dependencia del
mercado internacional o "metropolitano" y del crecimiento del subdesarrollo
periférico. Es decir, que el Estado es reconformado como expresión
superestructural en función de un reordenamiento de la base productiva o
estructural para los fines de una economía de enclave cuya rentabilidad se apoya
sobre la combinación de algunas características que son comunes a toda
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formación social neocolonial : bajos costos de producción por el bajo valor y la
explotación de la fuerza de trabajo indígena; aumento de la producción por medio
de la agregación de unidades productivas y adicionales de tierras y fuerza de
trabajo indígena; reconcentración de la tierra en unidades latifundistas:
mantenimiento de una constelación de unidades de producción y de consumo
precapitalistas que operan de manera subordinada dentro de un espacio regional
que a su vez no está totalmente articulado al conjunto de las otras regiones del
país.
Estas nuevas presiones ejercidas sobre el pueblo y las tierras andinas
producen, en los inicios del siglo xx, movilizaciones y levantamientos indígenas
que aunados a los primeros movimientos de las organizaciones obreras configuran
el escenario en el cual los problemas sociales del país son debatidos en el marco
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de referencia de la cuestión nacional e indígena . En las primeras décadas del
siglo xx la clase dominante del país, consolidada en una alianza de intereses de
terratenientes y burguesía exportadora o intermediaria -"mediocre metamorfosis
de la antigua aristocracia", según la expresión citada por Degregori-, se enfrenta a
su propia incapacidad para constituirse en clase hegemónica y con la consecuente
incertidumbre acerca del carácter de la conformación nacional. Son las intensas
décadas del indigenismo y de las polémicas con los "hispanistas", de las
propuestas de ley para el exterminio de la población “aborigen” y la importación de
inmigrantes europeos para “mejorar la raza”, de los arrebatos de entusiasmo
fascista de José de la Riva Agüero que admira en Italia y Alemania la
"contrarrevolución anhelada" y de las propuestas genocidas del filósofo A.O.
Deustua. Pero son también las décadas que vieron el desarrollo más alto de la
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Citado en Degregori, s.f
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Bonilla (1980) y Kaplan (1976) pp. 143-170 passim.
18
Cf. Bonilla (1980); Mansour (1979); Wolf (1982).
19
Cf. Degregori el al., s-f.
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