Page 21 - Historia antigua de Megico: : sacada de los mejores historiadores espnoles, y de los manuscritos, y de las pinturas antiguas de los indios; : dividida en diez libros: : adornada con mapas y estampas, e ilustrada con disertaciones sobre la tierra, los animales, y los habitantes de Megico.
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8           HISTORIA ANTIGUA DE MEGICO.          ;
                                íioles,  la superioridad de sus armas, y el terror que inspiraron a los
                                Indios  la  grandeza, y  la fogosidad de  sus  caballos.  Ochocientos
                                Tabasqueses quedaron muertos en el campo de batalla; los Españoles,
                                tubieron un muerto, y mas de sesenta heridos.  Esta victoria fue el
                                principio de la felicidad de los Españoles, y en su memoria fundaron
                                después alli una pequeña ciudad, con el nombre de la Virgen de la
                                Victoria*,  que por mucho tiempo fue  la  capital de  la provincia.
                                Procuraron justificar su hostilidad con  las reiteradas protestas, que
                                antes de venir a las manos, hicieron a los Tabasqueses, de no haber
                                venido a aquel pais como enemigos, ni con intenciones de hacer daño,
                                sino como navegantes que deseaban adquirir con el cambio de sus
                                mercancias, todo lo que necesitaban para continuar su viage ; a cuyas
                                protestas respondieron los Indios con una lluvia de flechas, y dardos.
                                Tomó Cortés solemne posesión del pais, en nombre de su soberano,
                                con una estraña ceremonia, conforme  a los usos, y las ideas caba-
                                llerescas de aquel  siglo.  Embrazó la rodela, desenvainó la espada,
                                                                                 y
                                dio con ella tres golpes en el tronco de un árbol que estaba en la villa
                                principal, protestando que si alguno osaba oponerse a aquella posesión,
                                él estaba pronto a defenderla con su acero.
                                  Para consolidar  el dominio de su rei, convocó a los señores de
                                aquella provincia, y los persuadió a tributarle obediencia, y a recono-
                                cerlo como su legitimo señor ; y  para darles mas alta idea del poder
                                de aquel monarca, mandó disparar un cañón, y les hizo creer que los
                                relinchos de los caballos eran muestras de su enojo contra los enemigos
                                de los Españoles.  Todos se mostraran dóciles a las proposiciones del
                                vencedor, y escucharon con admiración, y agradecimiento las primeras
                                verdades de la religión Cristiana, que les declaró, por medio del in-
                                terprete Aguilar,  el P. Bartolomé de Olmedo,
                                                                     religioso
                                                                            docto,
                                                                                 y
                                egemplar de la orden de la Merced, y capellán de la armada.  Pre-
                                sentaron después a Cortés, en señal de su sumisión, algunas frioleras
                                de oro, trages de tela gruesa, que era la única que se usaba en aquella
                                provincia, y veinte esclavas que fueron distribuidas entre los oficiales
                                de la espedicion.
                                 * La ciudad de la Victoria se despobló enteramente acia la mitad del siglo
                                pasado, de resultas de las frecuentes invasiones de los Ingleses. Fundóse después
                                a mayor distancia del mar otra pequeña ciudad, que llamaron Villa Hermosa
                                pero la capital de aquella provincia, y la residencia del gobernador, es Thcot-
                                lalpan.
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