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do los artistas empezaron a modelar estatuas mayores que mostra- enero de 1878 , 5 un objeto volante de color oscuro al que dio el
ban unos rasgos constantemente repetidos y de una concepción nombre de «enorme platillo» y en antiguos textos japoneses
totalmente distinta: pecho muy ancho, piernas arqueadas, brazos leemos que, el 27 de octubre de 1180, un insólito objeto luminoso
cortísimos y enorme cabeza, sin duda encerrada en un casco com- descrito como un «recipiente de arcilla» voló desde una montaña
pleto. de la provincia de Kii, en la medianoche, hasta más allá de la
Los arqueólogos no se muestran de acuerdo sobre la naturale- montaña de Fukuhara, situada al nordeste. Al poco rato, el obje-
za de estos cascos. En 1924, y porque consideraba que su expre- to cambió de rumbo y se perdió de vista en el horizonte Sur,
sión se parecía a la que mostraba una máscara de madera afri- dejando una estela luminosa.
cana, el doctor Gento Hasebe afirmó que el casco era en realidad «En vista del tiempo transcurrido desde que se efectuó esta
una máscara de luto empleada en ceremonias funerarias. Sin em- observación» —para emplear la terminología propia de los inves-
bargo, algunas de las estatuillas más elaboradas de este tipo, tigadores de la Aviación norteamericana—, hoy resultaría difícil
procedentes de Tohoku, región del norte del Japón, muestran algo obtener datos adicionales. Con todo, resulta interesante hallar un
que parece unas «gafas para el sol»: unos enormes ojos con una cronista japonés medieval que habla de «recipientes de arcilla
rendija horizontal, que parece propia de un insecto..., caracterís- volantes».
tica verdaderamente notable. Parece ser que las estatuas de la Hay también que reconocer a los japoneses el mérito de haber
Era Jomon tardía eran, al principio, de arcilla, y luego fueron organizado la primera investigación oficial. La historia es tan di-
copiadas en roca o piedra blanda. Las que se encontraron en Ko- vertida, y presenta tantos puntos de contacto con las recientes
mokai (provincia de Nambu), están esculpidas en roca y van toca- actividades de la Aviación de los Estados Unidos, que no puedo
das con cascos. Una de ellas, un Dogu Jomon fechado en el 4300 resistir a la tentación de reproducirla aquí.
antes de J. C. y descubierto en las ruinas de Amadaki, lugar de la La fecha fue el 24 de setiembre de 1235, hace siete siglos. El
Prefectura de Iwate, muestra detalles de la parte delantera del general Yoritsume se hallaba de campaña con su Ejército. De
casco, con un orificio redondo en la base de la nariz, bajo lo pronto, se observó un raro fenómeno: unos misteriosos objetos
que parece ser una ancha placa perforada. luminosos se balanceaban y describían círculos en el cielo del
El parecido de este atavío Dogu con un traje de astronauta suroeste, en el que trazaron arabescos, hasta que despuntó el
o de buzo es lo que aquí nos interesa. Esto ha llevado a algunos alba. El general Yoritsume ordenó que se abriese lo que hoy lla-
estudiosos de la Era Jomon a preguntarse si estas estatuillas con- maríamos una «investigación científica a gran escala», y sus ase-
servan el recuerdo distante de unos visitantes espaciales. El casco sores pusieron manos a la obra. No tardaron en presentarle su
con su filtro, los grandes anteojos, el cuello provisto de un amplio informe. «Se trata de un fenómeno completamente natural. Exce-
collar, y el traje de una sola pieza, son, desde luego, muy pare- lencia —afirmaron en sustancia—. No es más que el viento, que
cidos a los modernos equipos espaciales. El hecho de que los es- hace balancear a las estrellas.» Mi informante, Yasuke J. Matsu-
cultores hiciesen estas figurillas huecas aún hace la cuestión más mura, de Yokohama, comenta con tristeza: «|Los sabios al servi-
desconcertante. La verdad es que Extremo Oriente constituye una cio del Gobierno siempre se han distinguido por las ambiguas afir-
rica fuente de noticias sobre seres sobrenaturales y signos celes- maciones de este tipo!»
tiales, como vamos a ver a continuación. Los fenómenos celestiales parecen haber sido tan comunes en
los cielos nipones durante la Edad Media, que llegaron a influir
directamente en los acontecimientos humanos. Con frecuencia se
BRUJOS BAJADOS DE LAS NUBES relacionaban a estas apariciones celestes los pánicos colectivos,
los disturbios y los movimientos sociales de signo negativo. Los
Se cree comúnmente que la expresión «platillo volante» es campesinos japoneses mostraban una desagradable tendencia a in-
«made in Usa». ¿Acaso no fue acuñada por un hombre de nego- terpretar las «señales del cielo» como firmes indicaciones de que
cios norteamericano en 1947? ¿No se inició unas semanas después, sus revueltas y demandas contra el sistema feudal o contra los
y también en los Estados Unidos, la primera investigación oficial invasores extranjeros eran justas, y como garantía de que sus re-
por parte de las autoridades militares con el fin de desvelar el beliones serían coronadas por el éxito. Se pueden citar numero-
misterio? sos ejemplos de semejantes situaciones. Por ejemplo, el 12 de
Así es, en efecto. Pero un agricultor de Texas describió ya, en setiembre de 1271, cuando el famoso sacerdote Nichiren iba a ser