Page 168 - Historia del Reino de Quito en la America Meridional Vol 1
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~p  pgqw$er  philor:  lm  arrqywm  indiamw del pais  1
     &.Sa, mdbk  de  ellog.  Ha  hsbnda  agm  en  Is, Pymta  .$e  S&q@.Elbap
     BIP,  cavarori  aquellas  granbs,  pome  enypiedn  rlT8,bVta  .bdkk
     riquSairna.  No baaraindoles ,el  alimento  que qaitrhn  6 1@1  bdWw de
     la .comnrcii,  peacaban  en  .el  mar,  con  redca.  y  ads, wit% ;118?8
     que  cincuenta  de  lea  otros.
        16. Viendo  loa  del  pais  (prosigue)  que  matabam descoartimada
     6 euv  mugeree,  por  usPr  de  ellaa,  ,no  teni6ndolaa  propips,  y ,vie*:
     do  que  6 ellos  tambien  log  mataban  por  cualquier  COBO,.  indrgnsdoll
     hieieron  grandea juntae  y  armamentos  eon Ias  naeiones cireunvecinaar
       nunc8 tuvieron  valor  de aealtarloe.  Paeadoa algunos aflns, no pudiew
     do  tener  otro desfogo  de  la  naturaleze,  se  entregarun  a1  ricio nefas-
     do mutuamente,  pn  peblieo  y  sin  rubor  algunio.  Finalmente  eatando
     una  vea  mnehos  de  ellos  en  ese  enorme  peeado,  bPj0  fuego  del Cie-
     lo, ea  medio  del  cual  ae  vi6  un Angel,  con  relueiente  erpada, y qui-
     dadolee  la  vida,  10s  consumid  el fuego  de. [dl  La misma relaelon ClS
     la  muerte  de  estos  y  por  la  mierna  eausa  refiere elP. Acosta,  ai bien
     no  exprew  la  eircunstancia  del Angel  [bl.
                                          ci
            &wa  de 10s  gigav&3  qw  pwc9~~0~ A&iea.
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        16. La  Bpoca  de  estos  abortos  de  la  naturalem  en  las  islas  6
     condnente  del  sur,  es  del  todo  ignorada.  La de  su orribo 6  las cos?
     tps  de  Adriea,  aunque  oscura  6  ineierta,  puede  6 In  menm  eonje-
     turarse,  eombinaado  con  el  disruiso  Ins  es~sae luees  que  pueden
     auministrar  las  tradieionea.  Aqnelbs  que  se  hallan  poco  instruidos
     en  su historia, 10s haeen de  remotisima  ontipiidad,  y  juzgan que en la
     raes  comun  de  10s  primeros  pobladorer,  se  levantaron  algunoe indC
     aiduos  6  la  gigantezea  estatura,  por  partienlar  esfuerzp  de  la  natu:
     rrleza ayudadadel elima. Opinion  que  por  In  que toea  d  las  ea~sas de
     la arrtatura gigmtezca, pdr6  ser J  ea para mi probabilieima, por lo que dije,
     arriba en el nilm. 6 del par6g. 6; pin de que fuesen de remothima antiphe-
     dad,  no,  6  la verdad improbable por la cual no purde alegaree fundamen-
     to alguno. Okos al eontrario, 10s  haeen tan modrrnoe, que loe juzgan eoe-
     t6neoa,  con  poea  diferencia,  6  10s  Incan  del  Perii.  Se  fundan  estos
     1~ pfimero,  en  coneervarse  muy  freseas  6  individuales  sua  trpdicio-
     nea, lo  que  nO  podria  8er  si fuewn  muy  antiguos.  Lo segnndn,  en
     babeme  encontrado  casi  todoa  sua  eaddveres  didos y  consistentea,
     moetrando  Mr  de  un  reciente  tiempo.  Y lo  tercero,  en  que 10s  obje-
     toe  de  su  adoracion  indican  igualmenta  ser  de  la  era eristiana  mo-
     dern4.
        17. Yo  no  me  aeomodo  a1  modo  de  discarrir  de  10s  unosnids
     10s  otrw.  No hallo  razon  para  jurgarlos  tan  antiguos  ni  tan  moder
     m,  p la  hallo  inas  bien  para  presurnirlos  del tiempo  medio,  esto  es,
     de  Ion prineipios  de la  erq  cristirns,  eon  cup Cpoca,pareeeu coneor
     Lr mejOr  las  mas prudentes  conjetnrqs.  No hare sino  indicarlag, pa.
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