Page 252 - Novelas
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244 OBRAS DE SELGAS.
El lugar en que la naturaleza , en un momen-
to de desesperación , había abierto este pavoro-
so respiradero, no era el más á propósito para
pasear de día , y por lo que hace de noche, no se
atrevía á pasar por allí ni el más pintado, por-
que precisamente de noche era cuando solían sa-
lir los fantasmas y cuando resonaban allá en lo
,
profundo lamentos y sollozos, ruido de cadenas,
aullidos y carcajadas.
Aquella boca muda y aun sorda , podía ser
,
muy bien el camino espantoso de un mundo des-
conocido.
¡ Ah!.... La sima.... era la sima.