Page 276 - Novelas
P. 276

268         OBRAS DE SELGAS.
        solo piso, dividido en dos cuerpos por un pór-
        tico, que venían á ser dos casas unidas por un
        mismo techo. De las ventanas rasgadas  , con an-
        tepechos de hierro pintados de azul  , pendían
        persianas de cortina, también azules. En esta casa
        vivía como un pájaro en su nido  , la viuda del
            ,
        viejo americano y en aquella mañana de Abril,
                     ,
        en que la  naturaleza sonreía por todas partes,
        la hija de los Guillenes había amanecido asesina-
        da en su propio lecho.
          El horror se pintaba en todos los semblantes,
        y la consternación era unánime; pero en la par-
        te más pobre del pueblo  , en esa tierra humana
        menos ingrata y acaso más noble de lo que se
        cree , donde Rosalía había sembrado muchos be-
        neficios, el furor era inmenso. Las mujeres llo-
        raban desesperadas, los niños gemían asustados,
        y los hombres  , rugiendo como los volcanes que
        empiezan á hervir, levantaban los ojos al cielo
        pidiendo justicia y tendían los brazos buscando
                     ,
        al asesino.
          ¿Cómo se había consumado tan horrendo cri-
        men?.... Si hubiéramos de atenernos á las dife-
        rentes versiones que corrían de boca en boca,
        acabaríamos por perdernos en un laberinto sin
        salida. Para saber los detalles más  principales,
        tenemos que atenernos á las primeras instruccio-
        nes del sumario. El Juez, noticioso  del suceso,
         acudió apresuradamente  , tal vez pensando que
   271   272   273   274   275   276   277   278   279   280   281