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RELATIVOS                                                       Tema No. 6





            EJEMPLOS:


               Decidió  apoderarse  del trono,  a cuyo  efecto  comenzó  las operaciones.


               Puede  también  escribirse:  ... del trono,  y a este efecto...


               A veces los labradores trabajan a varios kilómetros de su hogar, en cuyo caso tienen que comer en
            pleno campo.
               Pero  también  podría escribirse:  ... de su hogar;  en este caso...


               Sus  libros  eran fuertes,  tremendistas,  por cuyo  motivo  tenían  éxito.


               O  también:  ... tremendistas,  y por  este motivo.


               Es preferible, en suma, que el vocablo ‘cuyo’ se reserve para su función genuina: relacionar dos
            nombres, el segundo de los cuales es persona o cosa poseída o propia del primero.


               El uso incorrecto de cuyo no es problema sólo de ignorantes. También los escritores consagrados
            suelen emplearlo mal a veces. Ejemplo:  “la fe en la inmortalidad del alma, cuya condición tal vez no
            se precisaba mucho” (Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida).


               En su Gramática de la Lengua Española, es vulgar la sustitución de cuyo por que y un posesivo:
            Vino el muchacho que su padre es director del banco (por cuyo padre). También es incorrecto el uso
            de cuyo sin valor posesivo: Varios balcones dejaban entrar en el salón el aroma salobre del mar; cuyos
            balcones se adornaban con macetas vistosas, en vez de los cuales.

               Y entramos ya, tras estas consideraciones previas, en el abuso de los pronombres relativos (especial-
            mente, en su forma “que”, la más empleada). Equívocos.


            EJEMPLOS:


               Le envío a usted una liebre con mi hermano, que tiene las orejas cortadas. (¿Quién tiene las orejas
            cortadas? ¿La liebre o mi hermano?).


               He visto el coche del médico, que está hecho una birria. (¡Pobre médico!) Conozco mucho a Pa-blo,
            el hijo de María, que viene mucho a casa. (¿Quién viene?  ¿Pablo  o María?).


            Incorrecciones


               Véase el ejemplo citado  más arriba,  al principio  de  esta  lección:  He  visto  a tu hermano  que
            me  dio.


               Finalmente, el abuso del relativo es causa de pesadez, aunque no ocasione equív-cos ni incorrec-
            ciones; sobre todo por la cacofonía que supone la repetición de palabras guturales:  que,    de    que,

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