Page 13 - Sentido Común
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Mal estudiante en la infancia, en su primer año en una universidad que eligió por
error este aspirante a ingeniero con problemas de concentración recibió su
revelación para el futuro del libro Elegidos para la gloria, de Tom Wolfe. Decidió
pilotar la nave más compleja de la Tierra. Daba igual hacia dónde.
Y la buscó en los reactores que volaban desde portaaviones de la
Armada. Una vez superados, como capitán, los aterrizajes nocturnos
sobre un buque en movimiento, sintió el guiño del siguiente reto
desafiándole desde la NASA: el transbordador espacial.
“Misha, acabo de caer en la cuenta de que se acabó nuestra vida sin ruido”,
confiesa Kelly a su
compañero ruso apenas
despega la nave rusa Soyuz
que les transportará a la EEI. A
partir de ahí, el rugir de
motores, el zumbido de los
sistemas de soporte vital o el
permanente ronroneo de los
experimentos invadirán el
silencio. La primera de un
largo martirio de molestias. “A
las pocas horas de vuelo, mi
vista aún no es buena [...].
Empiezo a sentirme
congestionado, un síntoma
que ya he experimentado antes en el espacio. Tengo calambres en las piernas
de llevar horas embutido en el asiento, y sigue también el eterno dolor de las
rodillas”, a pesar de que se las habían infiltrado previamente, según nos contó
en una entrevista en enero con ocasión de la presentación de su libro en la
Fundación Telefónica.
Una vez en la estación, solo un estricto plan de dos horas de ejercicio diario
podrá contrarrestar hasta cierto punto el desgaste muscular y óseo. Las sesiones
se encajan en una agenda del día organizada desde tierra en períodos de
cinco minutos.
Podrían llegar al racionamiento
La estación es un lugar en el que el grado de intimidad entre colegas alcanza
cotas muy poco frecuentes, igual que la colaboración. No hay nadie más para
echarte una mano, en un artefacto permanentemente expuesto a impactos de
meteoritos o de basura espacial. Que recibe todos sus suministros de la Tierra (y
envía sus desechos) cada varios meses en misiones que, a veces, fallan. Kelly y
sus colegas vivieron el fracaso de tres abastecimientos seguidos y empezaron a
pensar en el racionamiento. Y en compartir lo que cada agencia espacial
adjudica a sus enviados.
El excapitán de la Armada reflexiona especialmente sobre la relación con sus
colegas rusos, algunos de ellos también militares de formación. Durante la