Page 321 - Fantasmas
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Joe  HiLt



     pre? Yo ya estoy harta de ser  siempre la misma persona,  la ver-
     dad.  ¿Qué te parece  ésa?  ¿Te gusta?
           Yo acariciaba,  distraído,  la máscara  transparente  que col-
     gaba de la ventana.  Cuando  mi madre  me  hizo  reparar  en  ello
     retiré  la mano  y un  escalofrío  me  recorrió  los antebrazos.
           —Deberías  ponértela —me  dijo con  una  voz  entrecorta-
     da e impaciente—.  Para ver  qué aspecto  tienes  con  ella puesta.
           —Es  horrible —dije.
           —¿Estarás  bien durmiendo  solo?  Si quieres, puedes dor-
     mir con  nosotros,  es  lo que  hiciste  la última  vez  que viniste.
     Aunque  eras  mucho  más pequeño.
           —Está  bien.  No  quiero  ser  un  estorbo,  en  caso  de que
     se  les ocurra  dedicarse  a concebir  a alguien más  esta  noche.
           —Ten  cuidado  con  lo que deseas  —dijo—.  La historia  se
     repite.


           Los  únicos  muebles  que  había  en  mi habitación  eran  un
     catre  de campaña  con  sábanas  que olían  a naftalina  y un  arma-
     rio apoyado contra  una  pared, con  cortinas  de estampado  de ca-
     chemira  cubriendo  el espejo del fondo.  Una  máscara  de media
     cara  colgaba de la barra de la cortina.  Estaba  hecha de hojas de
     seda verdes, cosidas  y adornadas  con  lentejuelas  color esmeral-
     da, y me  pareció  bonita  hasta  que apagué la luz. En la oscuri-
     dad, las hojas parecían  las agallas  Óseas  de la cara  de un  lagar-
     to, con  unas  cuencas  oscuras  muy abiertas, donde habrían  estado
     los ojos. Encendí  la luz, me  levanté  y la coloqué mirando  con-
     tra  la pared.
           Había árboles  alrededor  de la casa,  y en  ocasiones  una  ra-
     ma  golpeaba uno  de los muros  con  un  ruido  que  me  desper-
     taba, pensando  que  había  alguien llamando  a mi puerta.  Me
     quedaba dormido  otra  vez  y enseguida me  despertaba de nue-
     vo.  El viento  se  convirtió  en  un  fino  aullido  y de algún lugar
     llegaba un  sonido  metálico  y constante,  un  pin-pin-pin,  co-




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