Page 109 - En nombre del amor
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NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
A pesar de que el viejo malecón de madera estaba deformado a causa del embate de tantas tormentas, aquel día había un montón de gente pescando.
En Emerald Isle, la población situada más al oeste de la isla, el coche que iba delante de ellos frenó de repente para girar, y Travis apretó el freno para aminorar la marcha. Gabby sintió que, súbitamente, su cuerpo se pegaba al de él. Sin querer, sus manos se deslizaron de sus caderas a su estómago, y se preguntó si él se había dado cuenta de la forma en que sus cuerpos habían quedado pegados. A pesar de que se dijo que sería mejor separarse, no lo hizo.
Algo estaba pasando entre ellos, algo que Gabby no acertaba a comprender. Quería a Kevin y deseaba casarse con él; en los dos últimos días, ese sentimiento no había cambiado, en absoluto. Sin embargo..., no podía negar que pasar el rato con Travis le parecía..., en cierto modo..., correcto. Natural y fácil, tal y como se suponía que debía ser. Le parecía una contradicción imposible y, mientras atravesaban el puente por la punta más alejada de la isla para regresar a casa, Gabby cesó en su intento de querer resolver la compleja ecuación.
Se quedó sorprendida al ver que Travis aminoraba la marcha antes de girar y entrar en una carretera de un solo carril parcialmente oculta que se adentraba en el bosque, perpendicular a la autopista. Cuando él detuvo la moto por completo, Gabby se giró hacia un lado y luego hacia el otro, desconcertada.
—¿Por qué nos hemos detenido? —quiso saber—. ¿Este es el sitio que querías mostrarme?
Travis se apeó de la moto y se quitó el casco. Acto seguido, sacudió la cabeza.
—No, eso será de regreso a Beaufort —dijo—. Antes quería saber si te apetecía conducir un rato.
—Nunca he llevado una moto. —Gabby cruzó los brazos, sin bajar de la moto. —Lo sé. Por eso te lo pregunto.
—No me apetece —dijo, levantándose el visor del casco.
—Vamos, será divertido. Yo me montaré detrás de ti, y no permitiré que choques contra nada. Colocaré las manos al lado de las tuyas y me encargaré de girar el manillar. Lo único que tienes que hacer es conducir recto hasta que te acostumbres.
—Pero eso es ilegal.
—Técnicamente sí. Pero no pasa nada; estamos en una carretera privada. Lleva a la casa de mi tío (un poco más arriba, se convierte en una pista de tierra, y él es la única persona que vive allí). Es donde aprendí a conducir.
Ella titubeó, dividida entre la sensación de emoción y de terror, sorprendida de que estuviera incluso considerando la posibilidad.
Travis alzó las manos.
—Confía en mí. Por esta carretera no circula ningún coche, nadie nos obligará a parar y yo estaré detrás de ti.
—¿Es difícil?
—No, aunque se necesita un poco de práctica hasta que uno se acostumbra.
—¿Como montar en bicicleta?
—En lo referente al equilibrio, sí, es muy parecido. Pero no te preocupes. Yo estaré detrás, así que nada puede salir mal. —Sonrió—. ¿Qué? ¿Te atreves?
Escaneado por PRETENDER – Corregido por Isabel Luna Página 109


































































































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