Page 162 - En nombre del amor
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NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
cuando tenían algún día de fiesta en la escuela, y por esa razón dejaba que Christine pasara la noche en casa de su mejor amiga. Se despertaba cada mañana con la determinación de que, aunque lo estuvieran pasando mal —lo cual era normal—, debía insistir para que se comportaran debidamente en casa y en la escuela, y por eso cuando no le hacían caso las castigaba a dormir cada una en su habitación, separadas. Porque eso era lo que Gabby habría hecho.
Sus suegros a veces le decían que quizás era demasiado severo con las niñas. No le sorprendía en absoluto. Su suegra, en particular, siempre tenía que soltar su opinión. Mientras que Gabby y su padre podían pasarse una hora charlando relajadamente por teléfono, las conversaciones con su madre siempre eran telegráficas. Al principio de casados, Travis y Gabby habían ido a pasar las vacaciones en Savannah y Gabby siempre regresaba a casa estresada; cuando nacieron sus hijas, finalmente les dijo a sus padres que quería iniciar sus propias tradiciones durante las vacaciones y que, a pesar de que le encantaría ir a verlos, ahora serían sus padres los que tendrían que viajar a Beaufort. Nunca lo hicieron.
Después del accidente, sin embargo, se hospedaron en un hotel en Morehead City para permanecer cerca de su hija y durante el primer mes, los tres coincidieron a menudo en la habitación de Gabby. Aunque jamás dijeron abiertamente que lo culparan del accidente, Travis lo sentía así, por la forma en que ellos mantenían las distancias. Cuando pasaban un rato con Christine y Lisa, siempre quedaban fuera —las invitaban a un helado o a una pizza—, y solamente estaban en casa un par de minutos.
Al cabo de un tiempo, no les quedó más remedio que regresar a Savannah. Ahora a veces venían los fines de semana. Cuando lo hacían, Travis intentaba mantenerse alejado del hospital. Se decía que lo hacía con el fin de darles tiempo para estar a solas con su hija, y en parte era cierto. Lo que no le gustaba admitir era que también se mantenía alejado porque ellos continuamente, y sin querer, le recordaban que él era el responsable de que Gabby estuviera en el hospital.
Sus amigos habían actuado tal y como esperaba. Allison, Megan y Liz se turnaron para prepararles la cena durante las seis primeras semanas. A lo largo de los años, se habían hecho buenas amigas de Gabby, y a veces parecía como si tuviera que ser Travis quien les infundiera ánimos. Se presentaban con los ojos rojos y una sonrisa forzada, con fiambreras llenas hasta el borde de lasaña o carne guisada, diversos entrantes y todos los postres imaginables. Nunca se olvidaban de mencionar que habían puesto pollo en lugar de carne roja, para asegurarse de que Travis comería.
Se portaron particularmente bien con las niñas. Al principio, las consolaban cuando lloraban y Christine se encariñó mucho de Liz. Ella le trenzaba el pelo, le ayudaba a montar pulseras con cuentas de colores y normalmente se pasaba por lo menos media hora con Christine pegando patadas al balón de fútbol. Cuando entraban en casa, se ponían a cuchichear tan pronto como Travis abandonaba la estancia. El se preguntaba de qué hablaban. Conociendo a Liz, estaba seguro de que si ella consideraba que se trataba de algo importante se lo diría, pero normalmente le contestaba que Christine sólo tenía ganas de hablar. Con el paso de los días, Travis se sintió simultáneamente agradecido por su presencia y celoso de su relación con su hija.
Lisa, por otro lado, sentía más apego por Megan. Las dos se ponían a dibujar y a pintar en la mesa de la cocina o a ver la tele, sentadas una al lado de la otra; a veces Travis veía que Lisa se acurrucaba encima de Megan de la misma forma que lo hacía con Gabby. En esos momentos,
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