Page 168 - En nombre del amor
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NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
—Bien. Bueno, primero volvió a montar el numerito de «me siento ofendido y enfadado», pero al cabo de un par de días ya se le había pasado. El fin de semana estuvimos en Nueva York.
—¿Por qué no te casas con él?
Ella se encogió de hombros otra vez.
—Probablemente lo haga.
—Bueno, por algo se empieza. Ahora sólo tienes que decirle que sí cuando te lo pida.
—¿Por qué? Si seguirá pidiéndomelo.
—Pareces muy segura.
—Lo estoy. Y le diré que sí cuando tenga la certeza de que realmente quiere casarse conmigo. —Te lo ha pedido tres veces. ¿Qué otras pruebas necesitas?
—Creo que simplemente piensa que quiere casarse conmigo. Brett es la clase de chico al que le gustan los retos y, en este momento, yo soy un reto. Mientras siga como reto, él continuará pidiéndomelo. Y cuando sepa que él está realmente preparado, entonces le diré que sí.
—No sé...
—Confía en mí —dijo ella—. Conozco a los hombres, y tengo mis encantos. —Sus ojos brillaron maliciosamente—. El sabe que no lo necesito y no puede soportar esa idea.
—No. Desde luego, no lo necesitas —convino Travis.
—Y cambiando de tema, ¿cuándo piensas volver al trabajo?
—Pronto —murmuró él.
Stephanie agarró la bolsa de cacahuetes y se echó un par en la boca.
—Eres consciente de que papá ya no es un pimpollo lleno de energía, ¿verdad? —Lo sé.
—Entonces..., ¿la semana que viene?
Cuando Travis no contestó, Stephanie entrelazó las manos sobre su regazo.
—Muy bien. Esto es lo que harás, puesto que es obvio que todavía no te has decidido. Empezarás a dejarte caer por la clínica y, como mínimo, te quedarás cada día hasta por lo menos la una de la tarde. Será tu nuevo horario. Ah, y puedes cerrar la consulta el viernes a las doce. De ese modo, papá sólo tendrá que ir cuatro tardes a la semana.
El achicó los ojos y la miró sin parpadear.
—Por lo visto, le has estado dando vueltas al tema.
—Alguien tiene que hacerlo, ¿no? Y para que lo sepas, no lo hago sólo por papá. Necesitas volver al trabajo.
—¿Y qué pasa si pienso que todavía no estoy listo?
—Que lo siento mucho. Lo harás de todos modos. Si no lo haces por ti, hazlo por Christine y por Lisa.
—¿De qué estás hablando?
—Tus hijas. ¿Te acuerdas de ellas? —Ya sé que son mis hijas...
—Y las quieres, ¿verdad?
Escaneado por PRETENDER – Corregido por Isabel Luna
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