Page 51 - En nombre del amor
P. 51
NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
parsimonia parecía ser una seña de su identidad. Cuando ella se preocupaba por algo, él se limitaba a encogerse de hombros; en sus momentos más pesimistas, él permanecía impasible. Por eso ella pensaba que se compenetraban tanto. Se compensaban recíprocamente. Su relación resultaba muy positiva para ambos. Si tuviera que decidir entre Kevin y Travis, Gabby sabía que no lo dudaría ni un segundo, ni por asomo.
Tras haber aclarado ese punto, Gabby decidió que no le importaba si en realidad Travis pretendía ligar con ella. Podía flirtear todo lo que le diera la gana, ya que, sin lugar a dudas, ella sabía perfectamente lo que quería en su vida. ¡Vaya si lo sabía!
Tal y como Travis había prometido, Molly estaba mejor de lo que Gabby habría podido esperar. La perrita movía la cola de un lado a otro, entusiasmada, y a pesar de la presencia de los cachorros —la mayoría de ellos se hallaban durmiendo y parecían unas bolitas peludas— se incorporó sin dificultad cuando Gabby entró y trotó hacia ella antes de lamerle las manos. Molly tenía el morro frío, y empezó a gimotear de alegría al tiempo que daba vueltas alrededor de Gabby, no con su típico abandono, aunque lo bastante relajada como para demostrarle a Gabby que estaba bien, y después se sentó a su lado.
—Qué alegría ver que estás mucho mejor —le susurró Gabby, acariciándole el lomo.
—Yo también me alegro. —La voz de Travis resonó detrás de ella desde el umbral de la puerta—. Es una luchadora nata, y tiene una maravillosa disposición.
Gabby se dio la vuelta y lo vio apoyado en la puerta.
—Creo que me equivoqué —continuó él, mientras avanzaba hacia ella, con una manzana Fuji en la mano—. Probablemente podría irse a casa esta misma noche, si quieres recogerla después del trabajo. No digo que tengas que hacerlo. Estaré encantado de cuidarla aquí si te sientes más cómoda. Pero Molly se está recuperando mucho mejor de lo que esperaba. —Se inclinó hacia delante y chasqueó los dedos levemente, desviando la atención de Gabby hacia Molly—. ¿Quién es la perrita más bonita del mundo? —le dijo, con un tono de voz que denotaba su amor por los perros y que parecía invitarla a ir hacia él.
Gabby se quedó atónita al ver que Molly se separaba de ella y enfilaba hacia él; a continuación, Travis empezó a acariciarla y a susurrarle cosas al oído, dejando a Gabby con la sensación de ser una intrusa.
—Y estos pequeñines también están la mar de bien —prosiguió él—. Si te los llevas a casa, asegúrate de montarles un espacio cerrado de donde no puedan escapar. Si no, te lo dejarán todo hecho un asco. No tiene que ser nada espectacular, bastará con que limites una zona con tablas de madera o unas cajas, y asegúrate también de cubrir ese espacio con papeles de diario.
Gabby apenas lo escuchaba. A pesar de sí misma, se había puesto a pensar de nuevo en lo apuesto que era. Le molestaba no ser capaz de apartar ese pensamiento de su mente cada vez que lo veía. Era como si su apariencia activara su dispositivo de alarma y no podía entender el motivo. Él era alto y delgado, pero había visto a montones de chicos así. Sonreía muy a menudo, pero eso tampoco era tan inusual. Tenía los dientes quizás excesivamente blancos —decidió que seguramente se aplicaba algún tratamiento blanqueador—, pero a pesar de que sabía que el color no era natural, todavía surtía un efecto encantador. Estaba en forma, también, pero en cualquier gimnasio del país podía encontrar a chicos con un cuerpo similar —chicos que realizaban mucho ejercicio físico, que nunca comían otra cosa que no fuera pechuga de pollo a la plancha y copos de
Escaneado por PRETENDER – Corregido por Isabel Luna Página 51