Page 95 - En nombre del amor
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NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
—Hablas como un hombre con una dilatada experiencia. Pero no olvides que el amor es para toda la vida.
—Según los poetas, el verdadero amor siempre acaba en tragedia.
—¿Y tú eres poeta?
—No. Sólo me limito a repetir lo que ellos sostienen. Y no digo que esté de acuerdo. Al igual que tú, prefiero un romántico final feliz. Mis padres llevan casados toda la vida y así es como yo deseo acabar algún día.
Gabby no pudo evitar pensar que a Travis no se le daba nada mal flirtear con esos argumentos y entonces se recordó que eso era porque tenía mucha práctica. Sin embargo, tuvo que admitir que encontraba halagadora la atención que él le dispensaba, aun sabiendo que a Kevin no le haría la menor gracia.
—¿Sabías que estuve a punto de comprar tu casa? —dijo él.
Ella sacudió la cabeza, sorprendida.
—Cuando ésta estaba en venta, la tuya también lo estaba. Me gustaba más la distribución de la tuya, pero ésta tenía esta terraza con la tarima de madera, el embarcadero y ascensor. Me costó mucho decidirme.
—Y ahora tienes además una bañera para hidromasaje.
—¿Te gusta? —Le hizo un guiño con picardía—. Podríamos darnos un baño más tarde, cuando se ponga el sol.
—No llevo puesto el bañador.
—Pero no es necesario que nos metamos con bañador.
Gabby esbozó una exagerada mueca de fastidio, intentando ignorar el cosquilleo que había sentido por todo el cuerpo.
—No, gracias.
Travis estiró los brazos hacia delante, con actitud relajada. —¿Y qué me dices si metemos sólo los pies?
—Bueno, hasta ahí sí que llego.
—Por algo se empieza.
—Y se acaba.
—Eso lo daba por descontado.
Al otro lado del río, el sol poniente estaba estampando en el cielo una gama de colores dorados que se extendían hasta la línea del horizonte. Travis cogió una silla cercana y apoyó los pies en ella. Gabby fijó la vista en el agua, con una sensación de bienestar que no había experimentado en mucho tiempo.
—Háblame de África —le pidió ella—. ¿Es tan diferente a nuestro mundo como parece?
—Para mí sí —contestó él—. Tengo muchas ganas de volver. Como si algo en mi interior me dijera que formo parte de aquel escenario, a pesar de que vi muy pocas cosas que me recordaran el mundo del que vengo.
—¿Viste leones o elefantes? —Sí, muchos.
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