Page 335 - Historia antigua de Megico: : sacada de los mejores historiadores espnoles, y de los manuscritos, y de las pinturas antiguas de los indios; : dividida en diez libros: : adornada con mapas y estampas, e ilustrada con disertaciones sobre la tierra, los animales, y los habitantes de Megico.
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FIESTAS.
     llevaban plumas encamadas en les brazos; en la cabeza,
                                             ¡rpirnaldaTde
     granes de ma,z tostados,
                       , en las manes, nnas cañas cen banderola
     de algodón
              y  papel.  Los sacerdotes se teflian
                                        el rostro de nlgro
     en la frente se poman nnas ruedas de papel, y se notaban con miel
                       ParteS °bCeDaS C°n
                                    ™* ' «* -» "-aba
     en la mano „n cetro
     t Í2í T que terminaba en una flor, y en un globo de pin
    »as.
                                                   h L
         Sobre el borde de. hogar de, fuego sagrad", bailaban do
    bres cargados con nna jaula de pino.
                                 Durante el baile, los sacerdotes
    tocaban de cuando en cuando e. sudo con
                                      los cetros,  en actitud
    de apocarse en   Todas estas ceremonias tenian j££
                ellos.
                                             „
    s.gn.ficacon,  baile, por cansa de la fiesta en que se halset
              y  el
    «naba TojcachocMla.  En otro sitio separado bailaban los cortesanos
     los m, btares.
    y           Los instrumentos músicos, qne en los otros bailes ocu-
    paban el centro, en aquel estaban fuera del circulo, de modo qne se
    oyese el son, sin ver a los que lo hacían.
      Un año antes se escogia, con  la victima de Tezcatlipoca, el prisio-
    nero  qne deb.a ser sacrificado a Huitzilopochtli,
                                      y le daban el nombre
    de Ijteocale, que quiere
                      decir, sabio señor del cielo.
                                           Los dos se na
    seaban juntos todo
                  el año, con esta diferencia, que adoraban
                                                  al de
    Tezcahpoca,  no
              y   al de Huitzilopochtli.
                                   En el dia de la fiesta ves
    t.an  al prismnero con nn primoroso ropage de papel pintado, y le po-
   man en la cabeza una mitra de plumas de águila, con un penacho en
   la punta.
           En la espalda llevaba una red,
                                  y sobre ella una bolsa y con
                                           Lo mas sLu
   este atavio tomaba parte en el baile de los cortesanos.
   lar de este prisionero era que  él mismo debia señalar la hora de su
   muerte.  Cuando le parecía, se presentaba a los sacerdotes, en cuvos
   brazos,
         y  no en el altar, le rompia el sacrificado, el pecho, y le sac¡ba
   el corazón  Termmado  el
                        sacrificio, empezaban
                                         los sacerdotes e!
   bade, que duraba todo el resto del dia, interrumpiéndolo tan solo para
   mcensar-al molo.
                 En esta misma fiesta hacían
                                       los sacerdotes una
   pequeña mcision en el pecho,
                        y en el vientre a todos los niños nacidos
   un ano antes.  Este era
                     el carácter o distintivo con que
                                              la pación
   Megmaua se reconocía especialmente consagrada
                                        al culto de su dios
   protector,
          y  esta es la razón qne tubieron algunos escritores para creer
   que la crcuncision estaba en uso entre aquellas gentes*. Pero si acaso
    * El P Acosta dice que » l„s Mecanos sacrificaban en sus hijos las orejas y
   el m.embro gemtal, en lo qHe de a lft„n modo imitaban la circuncisión de los J„
  d.os:  pero s, este autor habla de los decendientes de los antiguos Azteques que"
   Il"s TuT ""^"f^   ^historia escribimos, la noLes entrame!
  falsa, pues después de la mas diligente observación, u„ se ha podido hallar en
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