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con manos terminadas en garras. Tienen cara de viejo y ojos hun- creíbles. En el curso de una discusión que sostuve con Aimé Mi-
didos, pequeños y brillantes como brasas. Su voz es grave y cas- chel sobre este tema, él me señaló las reacciones negativas que
cada. habían tenido los hombres de ciencia ante su análisis de las ob-
Ésta observación acerca del don de profecía nos lleva a con- servaciones francesas. Los científicos argüían que historias tan
siderar de nuevo la relación existente entre las acciones de la Co- fantásticas sólo podían haber nacido en mentes desquiciadas.
munidad Secreta y los asuntos de los hombres. Al observar Wentz «¡Pues qué hubieran dicho esos científicos —observó Michel— si
la existencia de esta relación en la poesía antigua, dice que du- hubiese publicado todos los datos!»
rante la última lucha de Cuchulainn, que fue el gran héroe del Entre los casos que merecen un examen atento, pero que fue-
Ulster (y favorito de las sidhe o hadas), uno de estos seres, lla- ron escamoteados por los mismos estudiosos del problema, se en-
mado Morrigu, voló sobre la cabeza de Cuchulainn mientras éste cuentra la observación francesa de Nouâtre (Indre-et-Loire), cer-
combatía en su carro de guerra. Asimismo, las hadas tomaron ca de Marcilly-sur-Vienne, del 30 de setiembre de 1954. Hacia las
parte en la batalla de Clontarf (librada el 23 de abril de 1014), pro- cuatro y media de ese día, Georges Gatay, capataz de una brigada
porcionando lo que en el moderno argot militar se llama «cober- de ocho obreros de la construcción, se alejó, sin darse cuenta, de
tura aérea» a los irlandeses. Antes de la batalla, un hada de sexo sus compañeros. Se sentía dominado por una «curiosa somnolen-
femenino se presentó ante Dunlang O'Hartigan y le suplicó que cia» y de pronto se preguntó adónde iba. Luego, sin la menor ad-
no combatiese, pues sabía que perecería en la lucha (aquí volve- vertencia previa, se encontró frente a una extrañísima aparición.
mos a encontrar las facultades proféticas de las hadas). Pero él A menos de diez metros de distancia, a mayor altura que él
le dijo que estaba dispuesto a morir por Irlanda. Los dos ejér- en la pendiente, se alzaba un hombre; llevaba la cabeza cubierta
citos se enfrentaron cerca de Dublín: por un casco de vidrio opaco provisto de un visor que le bajaba
hasta el pecho. Vestía un mono gris y botas cortas. Sostenía en
Será una de las maravillas del día del Juicio Final relatar una mano un objeto alargado: «Tanto podía haber sido una pis-
este tremendo combate. Se levantó un furioso, impetuoso, pre-
cipitado, loco, inexorable, horrendo, oscuro, lancinante, comba- tola como una varilla metálica.» Llevaba en el pecho un objeto que
tivo y pugnaz Badb, que ululaba y soplaba sobre sus cabezas. proyectaba luz. El extraño individuo estaba de pie frente a una
Y se levantaron también los sátiros y los espíritus... y destruc- enorme y brillante cúpula, que «flotaba» a cosa de un metro del
tores demonios del aire y el firmamento, y las huestes demonía- suelo. Sobre esta cúpula el testigo distinguió unos objetos que
cas de los fantasmas. 15 giraban y que le parecieron alas o rotores. Entonces
Ésta es sólo una de las muchas referencias a las huestes vo- el extraño personaje desapareció de pronto, y yo no compren-
lantes de las hadas. Tendremos ocasión de estudiarlas con más dí cómo lo había hecho, puesto que no desapareció del campo
atención en otro capítulo. Pero antes, volvamos a los OVNIS. visual caminando, sino que se desvaneció como una imagen bo-
¿Podemos estudiar los actuales informes sobre los OVNIS rrada súbitamente.
sin plantear de nuevo y en su totalidad el problema de las apari- A continuación oí un fuerte silbido que apagó el ruido de
forma
a
se
ciones? La mayoría de los ufólogos responden afirmativamente a nuestra excavadora; el platillo borró elevó una sacudidas, de en neblina
vertical,
y
luego
también
se
especie
en
esta pregunta. Los objetos volantes no identificados —arguyen— azul, como de milagro.
dejan huellas físicas y se comportan como sondas espaciales. Para
ellos es evidente que los OVNIS son aparatos científicos que nada Así que vio al ser del objeto, Gatay trató de echar a correr,
tienen que ver con el contexto misticorreligioso de las apariciones pero se encontró inmovilizado y clavado en el sitio. Su «parali-
medievales, y aún menos con las criaturas estudiadas por Kirk, zación» se mantuvo durante todo el tiempo que duró el extraño
puesto que éstas —como acabamos de ver— podían aparecer y incidente. Sus siete obreros también quedaron paralizados, en un
desaparecer a voluntad. caso verdaderamente único de efectos fisiológicos colectivos. Nin-
Esta opinión es ya insostenible. En los informes de recien- guno de ellos había creído hasta entonces en la realidad de los
tes observaciones se describen objetos que aparecen y desapare- llamados platillos volantes.
cen. Lo que ocurre es que estos informes no tienen publicidad. Los Tan pronto como recuperó el uso de sus miembros, Gatay re-
ufólogos no se muestran propensos a darlos a conocer. Y los tes- gresó corriendo junto a los obreros y les preguntó excitadamente
tigos no están muy dispuestos a relatar historias que parecen in- si habían visto algo.