Page 55 - SOFY_ La Guardiana de los Sombreros Libro intec (Julia Perellon Mancebo)
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Sofy, la Guardiana de los Sombreros: Un Viaje Encantado a través del Tiempo
Las mujeres empezaban a desafiar las normas, adoptando roles y
comportamientos que antes estaban reservados para los hombres.
Esto incluía actividades como ir a bares y tomar cócteles,
especialmente en círculos de moda y culturales.
Nos instalamos cómodamente en el bar, con nuestras copas de
champán en la mano. Millie, que se nos unió, comenzó a contarnos
sobre su carrera como diseñadora de sombreros.
Mientras Millie hablaba, yo comencé a explicarle a Julia las reglas
básicas para escoger un sombrero. "Primero que todo, Julia", dije,
"necesitas considerar la forma de tu cara. Si tienes una cara más
redonda, puedes optar por un sombrero con una corona alta y alas
más estrechas para alargar tus características. Por otro lado, si tienes
una cara más alargada, un sombrero con una copa más baja y alas
más anchas puede suavizar y equilibrar tus rasgos".
Millie asintió con aprobación mientras continué. "Además de la
forma de tu cara, también debes tener en cuenta tu estatura. Si eres
de estatura baja, un sombrero con una corona alta puede ayudarte a
parecer más alta. Si eres de estatura alta, un sombrero con una corona
baja puede ayudar a equilibrar tu apariencia".
Después de unos sorbos de champán, continué. "También es
importante considerar tu atuendo y la ocasión. El sombrero que
elijas debe complementar tu atuendo, no competir con él. Por
ejemplo, si estás usando un vestido estampado muy llamativo, es
posible que quieras optar por un sombrero en un tono sólido que
contraste o se complemente con los colores del vestido. Y por
supuesto, el sombrero debe ser apropiado para la ocasión. Como
vimos hoy, las carreras de caballos son una gran oportunidad para
lucir sombreros extravagantes y llamativos, mientras que una boda o
un funeral requeriría algo más sobrio y conservador".
Julia escuchaba atentamente, asintiendo mientras absorbía la
información. Mientras tanto, la carrera de caballos había terminado
y el hipódromo estaba lleno de risas y conversaciones animadas. Con
nuestras copas de champán en mano, nos preparamos para continuar
nuestra inmersión en la era dorada de los sombreros.
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