Page 100 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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          Euclides Santacruz se graduó de bachiller en 1988 en San Ignacio de
          Velasco. El siguiente año dedicó su vida a estudiar geopolítica, his-
          toria de Bolivia, parte de ciencias políticas, estudió profundamente
          el discurso y sus contenidos, todo sobre retórica y dialéctica, su maes-
          tro:  Giácomo Benvenutti, le daba toda clase de consejos. “La im-
          portancia de un buen discurso -le recalcaba “el Napolitano”- es el
          conseguir que el auditorio, una vez finalizada tu exposición, tenga la
          sensación de que se le ha quedado corto. Y la clave, querido Euclides,
          es la persuasión, es el objetivo, aquí importa todo, las palabras, tu
          modo de hablar, tu dialéctica convincente. No vayas con rodeos,
          debes ir al grano con tu exposición. No gastes saliva en cosas ya co-
          nocidas, no repitas las mismas palabras, al fin de cuentas debes dar
          la sensación que eres un candidato con ambiciones”.

          “La demagogia –le recalcó Benvenuti- es parte de la política. La de-
          magogia es una forma de acción política en la que existe un claro in-
          terés de manipular o agradar a las masas, incluyendo ideologías,
          concesiones, halagos y promesas que muy probablemente no se van
          a realizar, incluso con omisiones y con información incompleta, pre-
          tendiendo solo la conquista del poder político a través del apoyo y el
          favor del pueblo. Te cuento un chiste –le dijo Benvenuti- de un de-
          magogo, pero buen demagogo. Un político demagogo estaba di-
          ciendo un discurso en un pueblo lejano. Les decía a los incautos
          asistentes al acto que estaban escuchando el discurso: Queridos con-
          ciudadanos del campo, en este pueblo vamos a construir muchos
          puentes en los ríos:”

          Uno de los asistentes al acto dijo:

          -“Pero aquí no tenemos ríos”, y el candidato le respondió:
          -“También construiremos ríos y arreglaremos el cementerio porque
          ya no es vida lo que pasan esos pobres muertos”. Euclides ya sabes
          el camino de tu discurso.
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