Page 156 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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          dad de La Paz. Este suceso motivó el alejamiento del poder del coronel
          Luis Arce Gómez, el hombre más temido por la izquierda. Mientras
          tanto, la nación sin rumbo naufragaba en un concierto de malos manejos
          del gobierno y los escándalos sobre la protección al narcotráfico. Asi-
          mismo, se advertía que varios militares mostraron su desacuerdo con
          la forma que se gobernaba el país, el descontento aumentaba cada día,
          Bolivia se debatía en una grave crisis moral y económica de imprevisi-
          bles consecuencia. Esta crisis se hizo más patente años después, cuando
          la economía nacional se desmoronó en una grave debacle que desem-
          bocó en una demencial hiperinflación. Finalmente, el 3 de agosto de
          1981 se levantaron en Santa Cruz los militares Alberto Natusch Busch
          y Lucio Añez Rivera, con el apoyo de un sector de la FF.AA., el país
          estuvo al borde de una guerra civil, pero la mediación de la Iglesia Ca-
          tólica fue clave, el general Luis García Meza se vio obligado a dimitir
          el 4 de agosto, quedando en el poder una Junta de Comandantes, quienes
          luego nombraron al general Celso Torrelio Villa como presidente del
          país. Este militar también naufragó en un mar de contradicciones, ago-
          biado por la crisis moral del pueblo y la crisis económica, el sector civil
          clamaba por un gobierno constitucional, por el regreso de los civiles al
          poder y el alejamiento de los militares.

          La cúpula militar dio pie atrás y Guido Vildoso Calderón fue designado
          por sus propios camaradas para hacerse cargo de la Presidencia de la
          República, que asumió el 22 de julio de 1982. Ya en la presidencia, Vil-
          doso comprobó que los problemas económicos que sacudían al país no
          tenían solución fácil para un gobierno provisional, por lo que decidió
          convocar a elecciones para abril del año próximo -1983- pero, los acon-
          tecimientos se precipitaron y la desesperante situación económica le
          obligó a atender el pedido de la población para convocar al Congreso
          Nacional de 1980, que debía elegir entre los tres candidatos más votados
          en ese año. Fue una decisión que salvó a las Fuerzas Armadas y a él
          mismo, de graves responsabilidades. Reunido el Congreso eligió a Her-
          nán Siles Zuazo presidente y a Jaime Paz Zamora vicepresidente, que
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