Page 89 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz 79
Podemos deducir que Capablanca no le dijo la verdad a su hija Ale-
jandra Centurión, por algunas circunstancias que uno nunca llega a
saber, Euclides no inspiraba confianza a Alain Centurión. Un día do-
mingo Euclides fue invitado a almorzar y sucedió una escena gro-
tesca y humillante que sería el comienzo de una turbulenta relación
familiar que terminó en una tragedia, cuando el diputado que nació
en “El Paraíso Escondido” fue ejecutado por su primo.
Fue una escena que era mejor no recordar, algo que sería casi el co-
mienzo de una triste etapa en una relación amorosa, por los proble-
mas familiares, en el fondo era una relación de amor platónico. Todos
saludaron al recién llegado, pero Alain Centurión fue demasiado
parco cuando Alejandra se lo presentó. Antes del almuerzo casi no
hablaron, ni le tendió la mano, un ambiente enrarecido reinaba en el
lugar, finalmente el padre de Alejandra se disculpó y salió.
Luego regresó hecho una furia, como poseído por el demonio, esta
vez no ocultó su desdén al invitado. Ingresó al comedor dando un
portazo, no se sentó y se dirigió directamente a Euclides:
“Así es que aparte de la arquitectura también te interesa la política.
Abre bien los ojos, mira más allá de tus narices. Este país está lleno
de charlatanes, rufianes y oportunistas. Además, la traición y la de-
magogia son las rutinas diarias en Bolivia. Tú no sabes lo que te es-
pera”, le dijo en torno de burla.
En realidad le dijo que existía una conspiración para aniquilarlo.
-No entiendo –respondió Euclides-.
-Shsssssss. Espera, aún no terminé de hablar. Mezclar la política con
la arquitectura es un gravísimo error. Nadie es político en mi familia
y trato que mis hijos no tengan ciertas amistades. ¿Estoy hablando
claro?,- concluyó Alain Centurión.