Page 43 - SANTACRUZ LIBRO
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La trágica noche de Santacruz                             31



            Esa mañana sumido en sus pensamientos y con su espíritu pesimista
            miró la avenida Cañoto y los tajibos en flor que ya no lo inspiraron
            como en otros tiempos, ya no le fortalecen el alma, no le despiertan
            el ánimo. Mira el cielo y piensa, piensa que el mundo es perverso,
            que debe enfrentar lo más difícil de su carrera política. Pero, como
            ya dijimos, uno de los peores errores de su vida fue ocultar una en-
            fermedad que lo afectó emocionalmente hasta el día de su muerte.
            Se llevó muchos secretos a su tumba.

            Mientras cavilaba caminando por la avenida Viedma recordó: -
            “Mi padre es muy valiente, venció a la furia de los ríos Paraguá,
            Iténez y Mamoré. Luchó contra las fieras, mató una anaconda
            cuando el reptil se metió a su cabina, donde estaba el telescopio.
            Mi padre. ¡Y mi madre!, mi madre fue muy valiente, se crio en
            Marfil, muy cerca a la laguna Marfil en la frontera con Brasil. Ella
            no tenía miedo a la víbora yope, ella perdió la cuenta de la canti-
            dad de yopes que mató. Estos reptiles aparecen por todos lados,
            en la cocina, en el baño, en los dormitorios, en los techos de palma
            y su mordedura puede ser fatal. Mi madre sí que fue guapa, codo
            a codo junto a mi padre luchó por la vida, ¿Y yo? Parezco como
            un hijito de papá y mamá, no, eso no puede ser. Soy un camba va-
            liente y me jugaré la vida por mis aspiraciones y por mi región.
            Además, ahora sé que muchos de mis enemigos políticos son unos
            culipanderos, son unos pobres diablos que buscan una pega y nada
            más, son buenos para insultar, son como los anarquistas que no
            comen ni dejan comer, otros son buenos para denigrar al candidato
            opositor, pero no proponen nada”. Pero luego se deprimía, se
            sumía en sus pensamientos y no dialogaba con nadie. “Pero en el
            fondo de mi alma, eso de mi inestabilidad emocional me preo-
            cupa”, se dijo ese mismo día.
            Euclides Santacruz no sabía que la valentía está asociada al valor,
            una persona es valiente cuando actúa con decisión y firmeza ha-
            ciendo frente a sus miedos, inquietudes y dudas. Le faltaba mucho
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