Page 243 - LIBRO SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz 231
única mujer que había amado apasionadamente en toda su vida. El
Diablo se apoderó otra vez de su alma, se levantó, tomó un vaso lleno
de Havana Club para darse ánimos. Y como un sonámbulo; pero con
una paciencia increíble, con mucha destreza y lentamente, rapó el
cabello de la mujer.
Alzó su mochila con el dinero, comprobó que el Mágnum .500 estaba
cargado y salió como escupido de la raquítica habitación. Luego co-
menzó a regar gasolina por todos los rincones y recordó las veces
que había amado a Custodia. Amanecía en la inmensa soledad de este
rincón de Bolivia, ¿a quién pedir socorro?.
Nerón, como fue apodado después de incendiar unos cañaverales
cerca Bermejo, prendió fuego a todos los rincones de la vivienda y
sin mirar atrás se marchó, tomó el camino hacia el noreste, hacia
Puerto Suárez y se olvidó de todo, de todo.
Según una investigación periodística, LeoLuca Primitivo Nerón huyó
en esa ocasión por los bañados del Otuquis con rumbo a Puerto Suá-
rez y anduvo perdido muchos días, sobreviviendo y comiendo lo que
encontraba, una torcaza, ciervos, venados, reptiles, etc. Buscaba ac-
tividad humana para orientarse, era un territorio extenso y poco ha-
bitado. Tenía en su poder dinero, muchos dólares y el pago
adelantado por apoyar la comisión de verificación de límites. Tenía
el revólver .500 Smith & Wesson Mágnum y la mochila. Se durmió
en medio monte, tal vez cerca a Tacuaral. Cuando despertó escuchó
a un puestero arrear ganado y que se aproximaba al lugar. Le dijo el
arriero:
-Por ese sendero usted llegará a Puerto Suárez.
Días y días caminando. Tuvo mucha suerte, pasó inadvertido en la
estación de trenes en Puerto Quijarro, compró un boleto y partió