Page 288 - LIBRO SANTACRUZ
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276 La trágica noche de Santacruz
La primera vez que intentaron asesinar a Euclides Santacruz, fue la
tarde del 10 de marzo de 1997, fue la peor acción criminal planifi-
cada. La premura por llevar adelante el atentado hizo olvidar muchos
detalles al capitán Bordenave; arriesgó todo y le salió el tiro por la
culata. Desde temprano una camioneta Ford Ranger estuvo estacio-
nada en una de las aceras de la plazuela Humboldt, a bordo del vehí-
culo dos hombres dialogaban y fumaban cigarrillos. Los dos hombres
no quitaban la mirada a “El Rascacielo” cruceño, especialmente a la
segunda planta, donde estaba la sede de Arenal, personas que entra-
ban y salían ajenas al peligro, nadie sospechaba que habría un aten-
tado, era una tarde calurosa típica de marzo.
Por la avenida Charcas cruzan decenas de vehículos de todo tipo,
unos se dirigen a la avenida Santa Cruz y otros a la avenida Argo-
mosa. Como dije, nadie se percató de la presencia de la camioneta.
El capitán Bordenave fuma ansioso, quienes orquestaron el mag-
nicidio querían saber hasta dónde llegaban las oscuras intenciones
de Capablanca, es decir quieren ver acción, resultados. El capitán
Bordenave recuerda el asesinato del dictador dominicano Rafael
Leónidas Trujillo Molina cuando un grupo de militares enemigos
del régimen tomaron la fría decisión de asesinarlo, prepararon el
complot y el crimen. Y así como él y “el Matador”, estaban aquella
vez en Ciudad Trujillo: Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la
Maza, Amadito García Guerrero, Pedro Livio Cedeño y Huáscar
Tejeda. Esperaron horas y horas también a bordo de un vehículo
para matar al Benefactor en una avenida en Ciudad Trujillo. Y lo
mataron.
En esa tarde calurosa el capitán Bordenave fuma y recuerda su tra-
bajo en otras ciudades, los recuerdos han ido borrándose de su
mente. Junto al capitán Bordenave estaba un matón a sueldo que
en el mundo del hampa se lo conocía como “el Matador”, lo con-
trató Carbonero Del Monte. Fue contratado para un trabajo rápido