Page 343 - LIBRO SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz                            331



              Luego, la reunión entró en un caos, el padre de Euclides pidió a todos
            que devuelvan el dinero que recibieron para la campaña presidencial.
            Fátima Campos, quien dirigía la reunión, declaró un cuarto intermedio
            hasta horas de la tarde. Un diputado cruceño dijo: “Una de nuestras
            metas era ser un partido político diferente a los demás, a los tradiciona-
            les. Una de las metas del finado líder Euclides Santacruz, fue que sea-
            mos una tienda política transparente, comprometida con los sectores
            marginados, advierto que Euclides se equivocó, ahora resulta que Arenal
            es un partido más como los demás. Hay una tarea pendiente y me refiero
            a la reforma judicial, la justicia en Bolivia ha llegado a su nivel más
            bajo, la corrupción se campea ante la vista y paciencia de todos. Escu-
            chamos a diario: “la audiencia ha sido postergada para mañana”, “no
            asistió el juez”, “no asistió el fiscal”, “el abogado defensor se enfermó”,
            “mañana será el aspirado de la avioneta y de la vagoneta, son cuatro
            veces que sucede esto en el mismo caso”. Por debajo de cuerda se arre-
            glan juicios en la forma más descarada, infame y cobarde, se arreglan
            entre cuatros paredes bullados juicios y muchas veces los culpables son
            inocentes y los indefensos son encarcelados, etc”.

            Calmados los ánimos –contó un diputado de Arenal-, se reinstaló la
            reunión, todo marchaba bien hasta que un diputado  representante de
            Arenal por Cochabamba acusó a otro diputado de despilfarrar una
            cuantiosa suma de dinero de su partido en la anterior campaña elec-
            toral. Allí mismo se armó otra vez la trifulca, el diputado aludido exi-
            gió pruebas contundentes y se agarraron a puñetes. Todo intento de
            apaciguar los ánimos caldeados fue en vano, Anastasio Santacruz
            tomó la palabra e intentó calmar a todos los asistentes, pero ya era
            demasiado tarde, nadie escuchaba a nadie. Finalmente, todos aban-
            donaron la sede de la reunión en medio de insultos y acusaciones y
            cada uno tomó caminos diferentes”.

            Se pudo conocer por fuentes fidedignas que, al día siguiente, Anastasio
            Santacruz convocó a una nueva reunión a cinco personas: Fátima Cam-
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