Page 103 - Castro Fernández Arturo-Portafolio de evidencia Análisis clínicos
P. 103
Introducción (completar, no exceder una cuartilla)
El estudio del semen suele formar parte de la investigación completa de una
infertilidad que comprenda a los cónyuges de un matrimonio estéril.
Por su relativa sencillez, el estudio del semen se solicita antes que el más
complicado y costoso examen de la mujer. Además actualmente se ha podido
demostrar que los trastornos masculinos contribuyen a una significativa de los
problemas de infertilidad que algunos investigadores estiman del 40% o más.
El semen tiene dos atributos cuantificables principales: Primero, el número total de
espermatozoides: esto refleja la producción de esperma por los testículos y la
permeabilidad del sistema de conductos post-testiculares; Y segundo, el volumen
total de líquido aportado por las diversas glándulas accesorias: esto refleja la
actividad secretora de las glándulas. La naturaleza de los espermatozoides (su
vitalidad, motilidad y morfología) y la composición del líquido seminal también es
importante para la función espermática. (World Health Organization, 2010)
Existe alguna evidencia de que la calidad de las muestras de semen varía
dependiendo de cómo se produce la eyaculación. Los eyaculados producidos por la
masturbación y recolectados en recipientes en una habitación cerca del laboratorio
pueden ser de menor calidad que los recuperados de los condones no espermicidas
utilizados durante las relaciones sexuales en el hogar (Zavos y Goodpasture, 1989).
En determinadas condiciones de recolección, la calidad del semen depende de
factores que generalmente no pueden modificarse, como la producción de esperma
por los testículos, el órgano accesorio secreciones y enfermedades recientes
(particularmente febriles), así como otros factores, como tiempo de abstención, que
debe registrarse y tenerse en cuenta al interpretar resultados. (World Health
Organization, 2010)
El tiempo transcurrido desde la última actividad sexual. En ausencia de eyaculación,
los espermatozoides se acumulan en los epidídimos, luego se desbordan hacia la
uretra y son enjuagado en orina (Cooper et al., 1993; De Jonge et al., 2004).