Page 4 - Jaén en la mochila
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El lagarto de Jaén




                                                                    Cuenta la leyenda que en la fuente de la Magdale-
                                                                  na habitaba un enorme lagarto que tenía atemoriza-
                                                                  da a la población ya que se comía a las personas y
                                                                  a los animales que se acercaban a beber agua.
                                                                  Un preso condenado a muerte solicitó su libertad a
                                                                  cambio de matar al lagarto. Tal era la desespera-
                                                                  ción de los vecinos que se le concedió la oportuni-
                                                                  dad de intentarlo. Para ello, solicitó un caballo, un
                                                                  costal de panes calientes y un saco con pólvora.
                                                                  Por la noche, el preso se presentó junto a la fuente
                                                                  y fue dejando una hilera de panes. El animal se
                                                                  despertó y se los fue comiendo tras el preso, que
                                                                  continuaba lanzando panes mientras huía a caba-
                                                                  llo. Al llegar a la plaza de San Ildefonso, en lugar
                                                                  de un pan le lanzó el saco de pólvora, que el ani-
                                                                  mal devoró del mismo modo y, acto seguido, ex-
                                                                  plotó.
                                                                  De ahí viene el dicho de Jaén cuando comes mu-
                                                                  cho, “vas a reventar como el lagarto de la Magda-
                                                                  lena”.



               El quejigo del amo




                 «Sin salir de Jaén, en Valdepeñas, visité el Quejigo del
                 Carbón, también viejísimo. Está en una finca privada, y
                 tan continuamente decía su dueño que el árbol era suyo,
                 que terminó por llamarse el Quejigo del Amo»

                 Antonio Gala, en El Imposible Olvido










                Los Melenchones


                 Los melenchones son composiciones formadas normalmente por estrofas de cuatro versos que tratan temas coti-
               dianos con lenguaje sencillo en el que la ironía, la crítica o la picardía de lo dicho con medias palabras  sirven para
               divertir y entretener. Era frecuente escucharlos en las reuniones vecinales cuando las familias se reunían para la
               matanza del cerdo, también en las tareas de la recogida de la aceituna,  o en las romerías y principalmente en las
               conocidas "Lumbres de San Antón".


                A la puerta de un sordo     Anda diciendo tu madre            Anda tonto y no seas tonto
                  cantaba un mudo           que lo quiere "con carrera"       déjate de tonterías
                 y un ciego le miraba       En mi casa tengo un galgo         que es mucha la diferencia
                    con disimulo.           vaya por él cuando quiera         de tu persona a la mía.
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